Irapuato, Gto.- El constante incremento al precio de la energía eléctrica durante este año ha comenzado a afectar de manera directa al campo guanajuatense, el cual usa este servicio como parte esencial de sus trabajos, ya sea de bombeo como de alumbramiento de sus hectáreas.
Te Recomendamos: Pugna Salamanca por mayor cobertura eléctrica
Así lo dio a conocer, Abel Muñoz Bravo, presidente del Sistema Producto Trigo, quien en entrevista con Organización Editorial Mexicana dijo que el campo y en particular los productores de trigo se han venido enfrentando en situaciones que han puesto en peligro este producto en Guanajuato.
Explicó que desde la falta de apoyos, el cambio climático hasta el encarecimiento de productos como fertilizantes y ahora de servicios como la luz eléctrica ha comenzado a ser un problema del que no han podido salir.
Abel Muñoz Bravo detalló que, por ejemplo, en el precio de la luz eléctrica esta ha estado incrementando hasta en 25%, lo cual se ha vuelto un problema para el campo, pues actualmente mucha de la herramienta con la que se trabaja es a base de este servicio, lo que los ha orillado en algunos casos a regresar al trabajo manual, lo que hace que el proceso sea más lento.
Aunado a ello, dijo que estos aumentos han ocasionado que el precio del trigo vaya al alza, sin embargo, aseguró que este se está convirtiendo en otro problema, pues aseguró que los compradores prefieren no vender, aunque el aumento sea mínimo.
“El precio de estas cuestiones ha estado complicado y si lo hacemos a mano, pues o no nos alcanza el tiempo o tenemos que contratar más gente y no sale; ahora lo que tenemos es que tampoco le podemos subir mucho, porque si le subimos, ya no nos lo compran y eso, en estos momentos, sería muy peligroso, los compradores quieren barato y a veces no se puede”.
➡ Suscríbete a nuestra edición digital
Por ello, dijo que es urgente que los tres niveles de gobierno le sigan apostando a crear estrategias para salvar la producción, así como la intervención de los empresarios para que se logre ajustar el precio en el que se paga para evitar que esto ponga en riesgo los próximos ciclos agrícolas en el campo.