Entre aplausos despidieron a Aarón Juárez, el seminarista de la Diócesis de Irapuato que falleció en un accidente automovilístico la madrugada del miércoles en la carretera Abasolo-Pénjamo.

Fue la mañana del jueves cuando fue llevada a cabo la misa en la Catedral de Irapuato para recibir cuerpo de Aarón Juárez, mismo que fue recibido por el Obispo, Enrique Díaz Díaz, quien presidió la misa de cuerpo presente de uno de los dos seminaristas miembros de la Diócesis de Irapuato, que desafortunadamente perdieron la vida.

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El Obispo mencionó que la muerte de un joven es dolorosa en cualquier sentido, pero más si es un joven con vocación sacerdotal, como lo fue Aarón y Gonzalo, al quien aprovechó a darle un mensaje a sus familias de pronta resignación.

“La muerte es algo misterioso. La muerte siempre es un dolor, separación, algo incomprensible, y más la muerte de un joven, de un joven con un futuro prometedor para la iglesia, sin embargo, estamos aquí ante la muerte de Aarón y Gonzalo y ante nuestros planes humanos nos tenemos que unir a decir, ‘Señor, hágase su voluntad’”, mencionó el Obispo en la homilía.

Familiares, amigos y conocidos del seminarista se reunieron en la Catedral del Municipio en donde realizaron su encuentro con Dios y despedir su cuerpo, sin embargo, la fe y el amor de Dios les ha dado la fuerza para hacerle frente a este duelo.

“Hoy se va de aquí, pero hoy también realizan su encuentro con nuestro señor Jesús, hoy alcanzaron la gloria eterna y están viendo de frente a Dios”, comentaron amigos de Aarón.

El cuerpo de Aarón fue trasladado al camposanto, donde a partir de hoy descansarán sus restos físicos para la eternidad, mientras que este viernes será la misa de cuerpo presente para despedir a Gonzalo, quien era oriundo de Salamanca, Guanajuato.