Mateo es un hombre originario de Honduras y quien tuvo que emigrar a México por la situación de inseguridad que vive en su país por culpa de las pandillas, quienes lo extorsionaban para no hacerle daño, por lo que, cansado de esa situación, pidió la visa humanitaria para poder vivir en la Ciudad de México.
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“Siempre he sido comerciante, cuando vivía en Honduras también tenía mi negocio, pero las pandillas me cobraban mucho de piso y como ya no les podía dar más dinero, me dieron 36 horas para desaparecer del país y tuve que vender todo lo que tenía para poderme ir, pedí una visa humanitaria en el poder judicial de Coatzacoalcos, en Ciudad de México, para estar aquí en el país y ya tengo desde febrero que me salí de allá”, contó.
Contó que lleva ya 30 años de ser comerciante y en la actualidad no ha sido la excepción, ya que se dedica a vender varios artículos que las y los migrantes llegan a necesitar durante su largo viaje, pues dijo que al ser migrante, él conoce qué es lo que padecen en el viaje.
“Lo que vendo son artículos de higiene personal, como champú, desodorante y jabón, vendo cobijas, sudaderas, calcetines, gorros y guantes para el frío, cargadores, pilas, bolsas negras que sirven mucho para guardar las cosas, en caso de que empiece a llover, entre otras cosas; estoy aquí desde muy temprano hasta la medianoche”.
Relató que sus clientes son los propios migrantes que van llegando a Irapuato. “Como también soy inmigrante sé qué es lo que se necesita para el largo trayecto que les espera, llevo más o menos tres semanas vendiendo aquí”, narró.
Dulce, quien es una mujer colombiana que ha viajado junto con su pareja y su hijo, comentó que desde que llegó a la ciudad y vio el puesto del señor Mateo le preguntó si podía unirse, ya que se le ha hecho muy complicado seguir su viaje por la falta de dinero.
“Yo acabo de llegar a Irapuato hace tres días, vi que tenía su puesto de artículos de cuidado personal y me le uní para poder salir adelante con mi pareja y mi hijo, que ya llevamos un mes aproximadamente viajando; ha sido muy complicado por la cuestión del dinero y por eso le pregunté si podía vender con él”.
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Mateo expresó que su meta ya no era llegar hasta los Estados Unidos, ya que se ha sentido realmente acogido por los mexicanos y quiere hacer lo posible para conseguir la residencia permanente en el país. “La verdad ya no planeo irme a Estados Unidos, me gustaría poderme establecer en México y seguir siendo comerciante y poder conseguir la residencia permanente”.