HUANIMARO, Gto.- En la comunidad de Ojos de Aguas del municipio de Huanímaro y el Novillero que pertenece a Abasolo, dos poblaciones que las divide una calle los habitantes se vieron unidos en su fe para celebrar y homenajear a la Santísima Virgen de Guadalupe, un festejo en el que se reafirma y confirma el catolicismo.
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También en estas comunidades se manifestó el cariño y el amor a la Morenita del Tepeyac, a la madre de Dios en otra de sus advocaciones.
Cientos de feligreses de diferentes partes se dieron cita como cada año y en este dia grande en el que es venerada la Guadalupana se postraron ante el altar del templo de la comunidad perteneciente al municipio de Huanímaro.
Devotos huanimarenses de muchas otras partes de la región del Estado de Guanajuato y fuera de este se hicieron presentes en este homanaje al festejar a la Virgen de Guadalupe este 2023, entre los Migrantes que en buena cantidad retornan a su tierra natal en México para disfrutar con sus familiares de tan bellas tradiciones, sobre todo en el festejo de la Virgen de Guadalupe que comenzó con un novenario y peregrinaciones desde el pasado 3 de este mes de diciembre.
Para este día principal peregrinos que vienen de la ciudad de México y se suman con las de otras comunidades partiendo del municipio de Abasolo haciendo su recorrido por la carretera estatal hasta llegar al templo en donde en punto de la 1 de la tarde se oficio una misa que estuvo dirigida por el padre José Ayala, que fue celebrada en el atrio del templo ya que la multitud de fieles congregados era imposible concentrarlos en el en el espacio del santo recinto.
Migrantes huanimarenses estuvieron presentes como es una tradición entre ellos los del Club Ojos de Aguas y Novillero Unidos (OJAyNU) quienes cada año participan en este celebración.
Con enorme devoción se celebró un año más esta fiesta patronal en la que todos los fieles como sus hijos veneraron a la Virgen de Guadalupe, donde niños y niñas fueron vestidas de inditas, de Juan Diego y hasta de la Virgen, los cuales fueron presentados al templo como un acto de fe.
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Encabezando esta peregrinación una imagen de bulto de la Santísima era llevada en hombros, donde los fieles se turnaban, además de una enorme cabalgata que no podía faltar engrandeciendo esa fe.