León, Gto.- “Humberto lo tenía todo: su casa, su coche y una familia que lo amaba, pero quiso robar el dinero de la caja fuerte y al ser descubierto por su hermana Elma, la mató y también a su hermano Ramón y a sus padres Martín y Elena. Vivimos con miedo, porque la jueza que lleva el caso quiere llegar a un acuerdo para que lleve su proceso en libertad”. Así es como lo denunciaron los parientes cercanos del presunto parricida en entrevista.
Este miércoles 10 de abril, la familia directa de Humberto acudió al Centro de Readaptación Social (Cereso) de León para manifestarse porque han pasado nueve años del multihomicidio y la jueza del caso ha llamado a los deudos para llegar a un acuerdo y así el acusado continúe su proceso en libertad; sin embargo, primas, primos, tías y tíos consideran que es un peligro la sociedad.
Con dolor, clamaban a las autoridades competentes frases como “No lo queremos en libertad”, “Queremos justicia para la familia Castañeda Flores”, “Carlos Zamarripa, escúchanos”, “Martín, Elena, Elma y Ramón ya no están con nosotros y si lo dejan en libertad vamos a ser más” y “Si lo hizo con sus padres y sus hermanos, ¿qué nos espera a nosotros?”.
En un ambiente de tristeza, incertidumbre y dudas, afuera del Cereso las personas gritaban consignas que les salían del corazón, pero al recordar a las víctimas lloraban de impotencia, suplicaban ser escuchados, pues la historia de cómo un hijo asesinó a sus padres y a sus hermanos no se debe ni puede repetir.
AQUEL OCTUBRE DEL 2015
El día del crimen, la familia estaba dentro de la casa en la colonia 10 de Mayo, en donde en la primera planta era una panadería propiedad de Martín Castañeda, de 51 años, y Ma. Elena Flores, de 54 años, quienes con tanto esfuerzo hicieron un negocio, pensando principalmente en sus hijos.
Un familiar, del cual se omitirá su nombre, pues manifestó tener temor, dijo que Humberto vivía en una casa frente a la de sus padres acompañado por otro sujeto. “Llegó por la tarde al domicilio y subió a la casa, donde trató de robar el dinero de las ganancias de una caja fuerte. Dentro de la casa había cámaras de seguridad y casualmente arrancó el aparato de discos para llevarlos”, indicó.
Narró que al verse descubierto por su familia, presuntamente intentó huir pero no fue hasta que Elma su hermana, de 20 años, lo reconoció y al parecer ese fue el motivo por el que le arrebató la vida junto con Martín, Elena y su hermano Ramón, de 25 años, porque todos tenían un balazo en la cabeza.
“A nosotros nos dijeron en la funeraria que aparte tenían muchos golpes en diferentes partes del cuerpo, que incluso Elma estaba desfigurada y que probablemente recibieron golpes con un bat”, dijo.
Los familiares explicaron que por buen comportamiento, quieren que Humberto continúe su proceso en libertad, pero que se le hizo un examen de “Protocolo de Estambul”, que contiene los estándares mínimos que deben ser aplicados para el estudio médico y psicológico de una persona que presuntamente haya sido sometida a tortura o malos tratos, para ver la peligrosidad y sus resultados arrojaron alto grado de peligrosidad.
“Es un manipulador, sabe controlar las situaciones con las personas y tiene que considerase eso, se le hizo un examen de Protocolo de Estambul y los resultaron dicen que tiene alto grado de peligrosidad, también al momento de que se declaró culpable, le hicieron exámenes tóxicos y resultaron negativos, no tenía droga en su cuerpo”, aseguraron.
Y agregaron: “él no debe de salir, es un peligro para nosotros y la sociedad, para su familia, porque si no respetó a su familia, menos a uno que sabe los domicilios de todos, tememos por nuestras vida, quién nos va a dar protección y para la sociedad, si no lo saben identificar, puede dañar otra familia”, agregaron.
VIDAS TRUNCADAS
Los deudos narraron que Elma estaba a unos meses de contraer matrimonio y Ramón estaba a unos meses de comprar su casa, porque también tenía planes de casarse, pero sus sueños fueron truncados.
“Ella con 20 años y él con 25, a los dos los dejó sin futuro, sin una vida. En el caso de sus padres (Martín y Elena), ya no pudieron disfrutar de su vejez, seguir trabajando. Mi tío, a las cinco de la mañana, se ponía a chambear en su panadería y mi tía, ayudándole con las labores de la casa”, indicaron.
NO LOS PUEDEN CREMAR
Del mismo modo, los parientes de las víctimas señalaron que sus cuerpos continúan en el Panteón Municipal Norte, localizado en la colonia Las Trojes, y no los han podido cremar, porque no ha llegado la sentencia.
“Eran testigos de Jehová, pero no han podido ser cremados, que sí se permite en su religión y siguen esperando la sentencia para que se puedan sacar del Panteón y llevarlos a su última morada”.
¿LLEGARÁ LA JUSTICIA?
Por su parte, Marco Antonio Sánchez Salgado, abogado de la familia Castañeda, dijo que este caso se ha retardado en exageración por varias cosas y es que las pruebas que se ofrecieron en su momento, el mismo presunto homicida confesó que él había sido quien perpetró el crimen para que dejaran salir a su copartícipe, en este caso había otra persona detenida por los mismos hechos.
“Al declararse culpable dejan salir al copartícipe y él se queda recluido en lo que es el reclusorio de esta ciudad, sin embargo, dentro de estos nueve años ha habido varias inconsistencias, una de ellas que dos armas que fueron entregadas ante la autoridad simple y sencillamente no las encuentran y nosotros tenemos el reporte de hechos donde indica lo anterior”, aseguró.
Explicó que la jueza, en los últimos años, ha estado llamando a los deudos, a los hermanos sobrevivientes, tratando de hablar con ellos para llegar a un acuerdo conciliatorio.
“Si aquí mataron a cuatro familiares directos, cómo va haber un acuerdo conciliatorio, aunado a que las pruebas que se han desahogado es un acto terrible porque el balaje que recabaron las autoridades, resulta que pusieron diurex sobre el mismo casquillo, entonces cualquier huella se fue y todavía de que fue confeso el mismo asesino, cómo es posible quiera que lleve si proceso fuera del Cereso”, agregó.
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SIENTEN QUE SUS VIDAS CORREN PELIGRO
Platicando con la familia, expusieron una historia que sucedió en Europa, donde un hombre que asesinó a su esposa en el año 2003, también mató a su abogada con quien tenía una relación. José Javier estaba en libertad condicional desde 2017, tras haber cumplido cárcel durante 14 años.
Su temor es que historias como estas se siguen documentando, por ello, exigen justicia y que se aclare el multihomicidio para que la familia consiga la paz que tanto añoran.