El obispo Enrique Díaz Díaz aseguró que el hackeo de seis cuentas de redes sociales ligadas a la Diócesis de Irapuato fue para causar daño a la Iglesia; sin embargo, señaló que por el momento no se tienen indicios ni sospechas de quiénes hayan causado este perjuicio.
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En su rueda de prensa dominical, el obispo Enrique Díaz Díaz señaló que aunque se está trabajando por recuperar esas cuentas, es complicado, sobre todo porque no se sabe a ciencia cierta el motivo de dicho hackeo.
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“No sabemos ni tenemos sospecha de quién pudiera ser, es cierto que en muchos espacios de Iglesia, no sólo de la Diócesis, sino de otros lados, ha habido hackeos y ha habido hackeos de WhatsApp de algunos obispo, entonces yo no tengo ni idea de quién pudiera ser.
“Estas páginas están relacionadas con la Diócesis, pero no son las de la Diócesis, entonces no tengo idea de por dónde pudiera venir esto o si sea de alguien que pudiera hacernos daño, aparentemente sí, porque al subir estos contenidos tan explícitos, tan fuertes, sí se hace sospechoso, pero no sabría de parte de quién”, dijo.
Además, comentó que las cuentas que maneja directamente la Diócesis de Irapuato, incluso la suya, no han sido hackeadas.
Por su parte, Sergio Montoya, integrante de la Comisión Diocesana de Pastoral para la Comunicación, lamentó el hackeo realizado a seis cuentas de Facebook, como fueron las de la Catedral de la Diócesis de Irapuato, Monaguillos Catedral de Irapuato, Pastoral Litúrgica Diócesis de Irapuato, Academia María Goretti, Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Guadalupe y San Miguel Arcángel, por lo que ya se trabaja en su recuperación, en donde reconoció que es complejo, pues están casi perdidas, por lo que en breve serían anunciadas las nuevas cuentas para que la feligresía las siga.
Fue el pasado martes cuando por la tarde se dio la alerta por parte de la feligresía del templo de La Soledad respecto a que la cuenta oficial había sido hackeada, pues incluso se cambió la imagen de perfil y comenzaron a publicar clips de video con contenido para adultos, lo que causó la indignación de los seguidores de dichas redes sociales que servían para mantener la comunicación sobre las actividades de pastoral diocesana, así como las que llevaban a cabo en distintos templos.