Guadalupe, la mujer de Irapuato que vende garambullos para mantenerse

Busca frutos en los cerros para venderlos en diferentes partes del municipio

Fernanda Garduño / El Sol de Irapuato

  · miércoles 3 de julio de 2024

Guadalupe vende garambullo, xoconostle o nopales en la plaza principal de Aldama. Fotos: Jesús Gutiérrez / El Sol de Irapuato

En Irapuato aún hay muchas personas que dependen del campo. Guadalupe Morales Aguirre es una de ellas, sin embargo, a sus 65 años ella no posee extensas tierras o siembras, sino que se dedica a recolectar frutos tradicionales mexicanos y acercarlos a la comunidad de Aldama, donde los oferta en la plaza principal; garambullos, xoconostles o hasta nopales son los alimentos que vende.

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La recolección de frutos es lo que ahora le permite a Guadalupe Morales subsistir; sin embargo, durante años ha tenido que caminar varios kilómetros, pues cuando empezó la sequía, tuvo que buscar alternativas por temporada para seguir haciendo cosas que le llevaran el pan a la mesa.

A veces debe hacer recorridos de hasta dos días para recolectar frutos.

Cuando empieza a llover el garambullo se acaba, pero también hace falta; cuando no hay, busco el xoconostle que es muy rico o salgo por nopal”.

Comentó que ahora subsiste ella sola. La labor que realiza la hace sentir útil, pero también es la gran necesidad la que la hizo buscar algo que pudiera permitirle hacerse cargo de su hogar; también por su edad avanzada, ya no le permiten trabajar en empresas y aunque fuera así, no tiene ningún tipo de experiencia.

Además de esta labor, Guadalupe Morales se dedicó durante muchos años, y se sigue dedicando en ocasiones, a lavar, planchar y ayudar con tareas domésticas, pero la recolección de frutos fue algo que fue haciendo con el paso de los años, en tiempos difíciles donde la gente ya no podía contratarla con la misma frecuencia.

Gran parte de su vida ha dependido del campo, aprovecha lo que la naturaleza le puede dar.

Hay veces que me salgo a caminar y me toma dos días tener suficiente garambullo para bajar a Aldama y venderlo”.

Y es que Guadalupe habita cerca de Encino del Copal, su rutina diaria empieza desde las primeras horas del día cuando empieza a recorrer el cerro en busca de los frutos, con una cubeta pequeña y un vasito recorre los campos y cuando por fin llena el balde sale hacia la carretera a esperar el autobús o la voluntad de algún buen vecino que la lleve hasta Aldama.

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En la plaza principal varios días a la semana, habitantes de Aldama pueden encontrar a Guadalupe vendiendo vasitos de garambullo, xoconostle o bolsitas de nopal, desde la mañana o el mediodía, hasta que logre vender todo para volver a su hogar.