La necesidad de obtener un ingreso económico para aportar a su familia de escasos recursos, obligó a Javier Guerra Carrillo a dejar su natal Pénjamo en 1957 para llegar a Irapuato y buscar un oficio que le diera dividendos para enviar "un dinero" a sus padres que en ese entonces tenían que sacar adelante a sus hermanos.
Javier relató que en 1957 llegó a Irapuato y comenzó a trabajar cargando bolsas de despensa de señoras que en ese entonces surtían su mandado en el mercado Hidalgo, fue así como logró conseguir dinero para ayudar a sus padres con la manuntención de su familia, hasta que en 1963 se convirtió en voceador de El Sol de Irapuato, oficio que ejerce hasta el día de hoy.
"Llegué en 1957 a Irapuato, me vine con mi abuelita, estabamos muy amolados allá en el rancho, empecé a trabajar yo cargaba canastas en el mercado Hidalgo, vendía chicles para sacar una feria y llevarles algo cada fin de semana al rancho".
El comerciante relató que el oficio de voceador cambió su vida completamente, ya que fue así como conoció a su esposa en una cocina económica que en ese tiempo se ubicaba en el centro hístorico de Irapuato, donde el entregaba periódico de forma cotidiana.
De igual forma Javier expresó que gracias a la venta de periódico pudo dar estudios a sus tres hijos quienes estudiaron una ingenieria en el Tecnológico de Celaya y es por ello que le tiene tanto cariño al oficio que ha ejercido durante más de 50 años.
"Gracias a la venta de periódico pude dar estudio a mis hijos, la primer satisfacción que me da este negocio fue mi esposa porque así la conocí ella trabajaba en una cocina económica, me case y tuvimos tres hijos que estudiaron en el Tecnológico de Celaya".