“Quien visitó Aldama y no comió gorditas y quesadillas de Doña Luci y Don Casi, no fue a Aldama”, así lo expresó la señora Angélica Vázquez Ortega, quien narró que su negocio, el cual inició su mamá y que tiene más de 50 años en la comunidad de Aldama, en Irapuato, se ha convertido en un referente y ha mantenido la esencia con que inició: brindar sabor a buen precio.
En entrevista con El Sol de Irapuato, afirmó que ya es tradición de muchas personas el probar su comida; su madre murió el año pasado, pero en sus últimos momentos de vida le encomendó a Angélica y a sus hermanas a cuidar de su negocio y es así como han cumplido la voluntad de Doña Luz.
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“Mi mamá falleció el primero de noviembre del año pasado y nos pidió, como último deseo, que su negocio no fuera cerrado y aquí seguimos, cumpliéndole a mi mamá, mis hermanas, mi sobrina, mi cuñada y yo”.
Contó que sus clientes siempre preguntaban por su mamá, esto debido a que ella era quien atendía el puesto, pero aún cuentan con la presencia y apoyo de su padre.
“La gente recuerda mucho a mi mamá, al principio nos preguntaban mucho por ella porque no había día en que ella no estuviera aquí desde temprano, pero ahora nos queda nuestro papá y nos sigue ayudando con la comida, a pelar papas y deshebrar el queso”.
Mencionó que si bien desde que era muy pequeña acompañaba a su mamá en el negocio, no fue hasta que cumplió 20 años que comenzó a ayudarle a cocinar los guisos, una de las razones por las que ella cree que la gente sigue visitándolas de varias partes del bajío, ya que la sazón de su mamá le fue heredado.
“Desde que mis hermanas y yo éramos chiquitas, veníamos a acompañar a vender a mi mamá, pero no fue hasta que cumplí 20 años que empecé a ayudarle a cocinar los guisos. Creo que es por esto que la gente le sigue gustando nuestra comida, porque la sazón no se ha perdido”.
Añadió que la comida que siempre ha habido desde que inició el negocio familiar ha sido chicharrón en salsa y papas asadas, pero con el tiempo ella decidió que era una buena opción agregar más variedad.
“Los guisos que mi mamá preparaba siguen siendo los mismos y hechos con la misma receta, lo que es el chicharrón en salsa roja y la papita con jitomate, pero con el tiempo hemos agregado el garbanzo, las salsas, los nopalitos y a nuestros clientes les gusta mucho”.
Invitó a las y los guanajuatenses a probar su comida, que después de más de medio siglo, ya se ha considerado platillos tradicionales de la comunidad de Aldama, en Irapuato.
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“Estamos aquí para servirles todos los días desde las nueve de la mañana hasta las cuatro de la tarde o más temprano si es que la comida se acaba, los invitamos a probarlas, porque, si vinieron a Aldama y no comieron nuestras gorditas y quesadillas no pueden decir que visitaron Aldama”.