La madrugada de este domingo inició en Irapuato con “Las Mañanitas” para la Virgen de Guadalupe, algunos con banda, otros con mariachi o desde sus bocinas.
Devotos pasaron la noche despiertos con los rezos y después la deliciosa comida que compartieron con familiares y vecinos.
Hubo quienes por las primeras horas de la mañana tras cantar “Las Mañanitas” se fueron a sus hogares y no a descansar sino que prepararon sus ofrendas, algunos cambiaron sus ropas por vestimenta tradicional de Juan Diego o de La Guadalupana.
María Chagoya fue una de ellas, eran las 6:00 de la mañana cuando salió junto con su familia desde la comunidad de Cuchicuato y caminaron hasta el templo.
En compañía de su esposo, sus hijos, su madre y sus hermanos emprendieron el viaje que les tomó alrededor de tres horas completar, todo esto para agradecer por un milagro concedido hace más de 10 años.
Y es que cuando uno de los hijos de María se encontraba pequeño este termino tragando un clavo, lo cual lo puso en una condición de salud muy delicada.
"Estuvo en peligro de morir, entonces mi niño tenía tres años, fue la primera vez que vinimos, hoy tiene 18 y me sigue acompañando.
Así vamos a estar presentes agradeciendo cada año hasta que ya nuestras capacidades físicas ni nos lo permitan, esperemos que sean muchos años mas”.
Con flores, imágenes, figuras y veladoras comenzaron a llegar desde antes de que amaneciera al templo ubicado en la Calzada de Guadalupe, comerciantes no dejaron pasar la oportunidad y también comenzaron sus actividades temprano, niños pasaban a tomarse fotografías con la virgen, y pedían a sus padres les compraran globos de colores con los que ingresaron al templo.
Si bien para poco después de las 9:00 de la mañana ya eran cientos de personas en espera de ingresar al templo, feligreses valoraron mucho la oportunidad de poder acudir a la festividad este año, pues el pasado 2020 esto no se pudo llevar a cabo debido a la contingencia sanitaria, los presentes trataban de guardar su distancia o al menos verificar que todos, incluidos los más pequeños permanecieran con el cubrebocas puesto y en una sola hilera se formaron para ingresar de manera ordenada.
En uno de los camellones, frente al templo, lejos de la multitud esperaba Salvador Hernández sentado con su bebé de cuatro meses a la cual llevaba vestida de la Virgen del Tepeyac, a su costado se encontraba sentado su hijo mayor.
Para no amontonarse decidieron que su esposa permaneciera en la fila para ingresar al templo mientras el cuidaba de los pequeños.
Salvador comentó que si bien no tiene muchos años que acuden a ver a la virgen, la llevan cerca de ellos siempre y le piden por el bien de los suyos.
Su hija de cuatro meses llamada Romina Guadalupe fue llevada hoy a conocer a la virgen y esperan que la fe se convierta en una tradición que sus hijos puedan compartir en el futuro con los demás.
“No es necesario que nos haga un milagro, sino que queremos estar cerca de ella siempre por que ella no nos ha dejado solos ahora en la temporadas más difíciles”.
Ya al salir del templo algunos aprovecharon para sentarse en las banquetas cercanas a descansar en caso de los que asistieron caminando desde lugares lejanos, también hubo quien buscó cerca un lugar para comer en compañía de los suyos.
La mayoría de los asistentes llevaban consigo a sus hijos para enseñarles la tradición e inculcarles la fe por la Virgen de Guadalupe.
“Vengo desde que tuve a mi primer hijo, lo traíamos con su trajecito de Juan Diego, hasta hoy que ya somos dos más seguimos agradeciendo a nuestra madre por tanto que nos ha dado", dijo con alegría Ana Patricia que llevaba de la mano a dos de sus tres hijos, la tercera iba de mano de su papá.
Expresó que es una tradición que a ella le gustó continuar pues recuerda una visita que realizó con sus padres cuando tenía apenas cinco años de edad.
De igual forma por tradición acudieron Omar Godínez y su hijo, Omar comentó que tiene más de 20 años que acude sin falta a visitar a la virgen, hoy trae a su hijo ya que el año pasado fue imposible debido a la pandemia por Covid-19.
"Ya le toca al más chico, de hecho siempre venimos desde temprano y ahora llegamos desde antes de las 7:00 de la mañana".
La fe por la Guadalupana es una tradición que los irapuatenses recibieron de sus padres y abuelos durante generaciones, este 12 de diciembre tratan de llevar la devoción hasta los más jóvenes.