Más de 100 personas de distintos estados de la República Mexicana recorrieron en caravana las calles de la ciudad y se dieron cita a la colonia Los Girasoles, para hacer una conmemoración a la Santa Muerte.
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La fe en la Santa Muerte parece aún algo inusual en muchas comunidades, lo cierto es que cada día son más las personas creyentes, esto por sobre los estigmas por parte de la sociedad los cuales en ocasiones atacan sus costumbres.
"Somos creyentes, no delincuentes, qué viva la Santa Muerte", fue el grito que hicieron en su recorrido hasta el altar ubicado en la calle Amapola, de la colonia Los Girasoles, ubicada al sur de la ciudad de Irapuato.
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En el altar hay varias imágenes, sin embargo, en esta ocasión celebraron a una imagen que algunos creyentes conocen como Milagros, a quien vistieron con un gran traje rojo para llevarla al frente del desfile.
"Nuestras creencias están basadas primero que nada en el respeto, respeto a lo que es cada quién y a lo que cada uno cree, no juzgamos a nadie, no hacemos daño a nadie", comentó Mauro Villa, devoto de la Santa Muerte.
Relató que a lo largo de los últimos 13 años que se ha hecho más apegado a su fe por la Santa Muerte ha escuchado comentarios ofensivos hacia quienes creen, llegándolos a relacionar con brujería o satanismo.
"Mucha gente nos tacha de satánicos, la mayoría de la gente que está aquí es de la religión católica, pero tenemos la fe en la Santa Muerte".
Explicó que su fe no trata de hacer daños a terceros, ese es sólo otro mito al que algunas personas han dado fuerza para tratar de invalidar sus creencias.
A su llegada al altar, colocaron las imágenes en una gran mesa adornada con flores, ahí las familias se reunieron para la fiesta donde compartieron un plato de comida y disfrutaron de la música, más tarde realizaron una misa en agradecimiento.
Viajan desde varias partes
Mauro Villa viajó desde Michoacán hasta Irapuato por primera vez para esta festividad, asegura que regresará tantas veces como pueda pues su fe cada día es más grande, al igual que él asistieron personas de Tampico, Tijuana, Veracruz, León, Querétaro, entre otros.
Mauro relató que conoció a la Santa Muerte hace un poco más de 13 años, después de un accidente que dejó grave a su hijo.
"No la conocía, pero se me manifestó a raíz de un accidente que tuvo un hijo y se salvó, eso fue un milagro porque fue algo muy fuerte.
“La Santa Muerte me concede lo que le pido, sin hacer un pacto con ella, más bien se trata de un compromiso, ella ha estado conmigo desde que la conocí”, dijo.
Aseguró que el venerar a la Santa Muerte es algo que se ha transformado desde las creencias de los pueblos indígenas en el territorio mexicano, y le piden por su protección y la de sus seres queridos.
Con su imagen traída desde el templo de Santa Ana Chapitiro, Michoacán, el cual es uno de los más grandes y conocidos de la república asistieron para disfrutar la fiesta y venerarla.
“Aquí se celebra un día, allá tenemos tres días de fiesta en septiembre, pero todos los días del año se celebra a la Santa Muerte, allá es así”.
Cada grupo de devotos asistió con sus imágenes, algunas vestidas con tela, otras de papel, unas cuantas de madera y otras forradas con estampado de billetes, pues también le piden por su bienestar económico, salud y cuidado.