Familia Gasca, distinguidos boticarios que son personajes ilustres en Abasolo

Destacaron porque en su vida se dedicaron a sanar enfermos con sus remedios naturales

Héctor Martínez | El Sol de Irapuato

  · lunes 22 de febrero de 2021

Foto: Cortesía Museo de la Ciudad

Abasolo, Gto- Una de las familias más reconocidas en los años 90s en esta localidad fue la familia Gasca, donde varios de sus integrantes están considerados como personajes ilustres de Abasolo, y cuyas fotografías se encuentran en exhibición en el Jardín Hidalgo, dentro de la exposición fotográfica que promueve el Museo de la Ciudad, y los cuales se destacaron por haberse distinguido como boticarios y por haber dedicado parte de sus vidas a sanar enfermos con sus remedios caseros.

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De acuerdo a sus biografías, fue don Ángel Gasca y García, quien tras nacer en 1864 en Yurécuaro, Michoacán, llegó por error a Cuitzeo de Abasolo, donde se distinguió por ser el primer boticario (homeópata) en la ciudad.

Durante su vida don Ángel atendió su botica “La Purísima”, dando remedios naturales, utilizando la herbolaria y las sales trituradas en morteros, aplicando sus conocimientos en la salud.

Don Ángel fue un hombre sensible, ya que este daba la oportunidad que sus pacientes le pagaran con algún otro producto cuando no contaban con los recursos económicos.

Don Ángel Gasca y García falleció a los 90 años de edad, en el año 1954.

Aurorita Gasca Rodríguez fue influenciada por su padre don Ángel Gasca y García a estudiar y desempeñar su profesión atendiendo en su botica “La Azucena”, ubicada en la Plazuela Principal (hoy Banamex).

Aurorita tenía el gusto por tocar piano, violín, arpa, era dueña de una melodiosa voz que en la festividad de la Virgen de la Luz, abría sus puertas de su hogar para cantarle junto con su familia y amigos.

Ángel Vaca Gasca, nieto de don Ángel e hijo de Aurorita, nació en 1914.

Y con el paso de los años, Ángel hereda los conocimientos y la botica de su abuelo “La Purísima” ubicada en la calle Lerdo.

En su botica, Ángel preparaba amargos, chicle prieto para sacar el aire, pomadas para los enfermos, soluciones, ungüentos y jarabes.

Y algo que destacar de Ángel era que cuando sus pacientes no tenían para pagarle les decía “ven mañana a decirme cómo te has sentido y me pagas”.

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Ángel Vaca Gasca falleció en 1996.

Otro integrante de esta familia, pero ahora Jesús Vaca Gasca, boticario de herencia, nació en 1917, atendió la botica “De Padua” en el Portal Morelos, hasta su muerte en 1965.

Poco antes de fallecer, Jesús Vaca Gasca tuvo a bien pasarle para que atendiera la botica, a su hermano menor.