La Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG) aprovechó que el Festival Internacional Cervantino es el punto de atención de la cultura mundial para exigir una mejora en los salarios.
Para su segunda presentación en el Cervantino, la Orquesta dirigida por Roberto Beltrán Zavala, estrenó en el mítico Teatro Juárez la obra del compositor Soviético Shostakóvich, Canciones de Amor y Muerte.
Previo a que los músicos de la agrupación ocuparan su asientos en el escenario del Juárez, se colgó una lona que tenía plasmada una exigencia para la mejora salarial de los integrantes de la orquesta, dirigida al rector general de la Universidad de Guanajuato, Luis Felipe Guerrero Agripino.
“SR. Rector UG, Aumento Salarial OSUG” fueron las palabras plasmadas en la lona, la cual permaneció en el escenario mientras los músicos realizaban su presentación en tan importante encuentro cultural.
De igual forma, los músicos salieron a escena con cubrebocas amarillo, el color que han elegido para manifestarse contra las autoridades universitarias desde hace algunos meses, pues esta no es la primera ocasión en que protestan por medio de la música.
La selección de Shostakóvich quedó adecuada para esta manifestación, pues el músico soviético fue el más acosado por el régimen soviético, lo que lo obligó a componer sus mejores obras como un modelo de protesta contra las autoridades rusas.
Además de la protesta, la OSUG también manifestó por que es una de las orquestas universitarias de mayor influencia en el país, pues hizo una magistral interpretación de la obra de Shostakócivh a 50 años de su fallecimiento.
EL programa también incluyó un homenaje a los 100 años del fallecimiento de Camille Saint-Saëns y la conmemoración del centenario del nacimiento de Astor Piazzolla, con algunas piezas de su amplia obra musical
En el escenario se vio a un Beltrán con mano firme, fusionado con su agrupación, una coordinación a tal grado de que sin necesidad de batuta y con la sola mirada, llevó a buen puerto a este barco musical.
Mientras la obra de Shostakóvich emanaba del escenario, un sector de la agrupación, específicamente los violinistas, se pudieron de pie y con la cabeza agachada continuaron con la manifestación.
La protesta de la OSUG y su exquisita interpretación fue aplaudida por los presentes en el Teatro Juárez, que con ovaciones se evidenció el apoyo a la agrupación en esta noble lucha por mejorar sus condiciones laborales.