Entre 1800 y 1802 se construyó el Colegio de la Enseñanza, obra del arquitecto Esteban González y no de Eduardo Tresguerras, como erróneamente se ha publicado.
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Entre 1802 a 1859, el Colegio estuvo en funciones, aunque fue tolerado el uso de la enseñanza hasta 1890, en que el edificio pasó a ser de uso del gobierno del estado de Guanajuato.
En su construcción, existieron 2 eventos referentes a construcciones que existieron en el lugar: la Casa de Ramón Barreto de Tabora, donador de los terrenos desde la actual Manuel Doblado a Revolución, esto en límites actuales. Su casa se ubicó en la esquina norte de la presidencia y la antigua calle de Fernando Dávila, hoy Sor Juana Inés de la Cruz.
Cuando se le determinó cambiar el nombre a Ramón Barreto, acabó con la tradición de la calle Fernando Dávila, pero dentro de todo era justicia, porque la calle estaba conjunta a sus obras. Sin más explicación se le cambió el nombre, porque les dio la gana.
La Soledad perdió su atrio y su fachada principal, para integrarla como capilla del colegio, según algunos documentos la fachada principal se trasladó al costado de la entrada de Ramón Corona. La otra acción fue el demoler la casa ya citada del Bachiller Ramón Barreto de Tabora, para facilitar la construcción del citado colegio, ahí donde es el salón de Cabildos.
El 18 de noviembre de 1893, el gobernador Joaquín Obregón González determinó el ascender de Villa a Ciudad a la población de Irapuato.
Se muda entonces la alcaldía de la ubicación que hoy tiene la Escuela Primaria Aguiluchos de Chapultepec, a un costado de San José, al edificio del antiguo colegio, que a partir de entonces funciona ya como Presidencia Municipal, eso a partir del primero de enero de 1894.
En dos ocasiones fungió como despacho de los presidentes de la República:
Álvaro Obregón, de 1923 a 1924 y de Plutarco Elías Calles en 1928. Es decir, de sus acciones en las guerras contra Adolfo de la Huerta y Cristera, respectivamente, despachaban desde la Presidencia Municipal convertida en de la República por la estancia de los presidentes citados.
El patio de nuestra presidencia es el más grande de las presidencias municipales del país, alguna vez albergó algunas de la cosas más extrañas o ya olvidadas en nuestra historia.
Tuvo dos pozos de agua en sus dos aljibes que aun conserva bajo el patio, a donde la población acudía a llenar sus cubetas con el agua de dichos pozos.
En alguna ocasión en el patio hubo una cancha de básquetbol y también un obelisco a la memoria de Álvaro Obregón y fue también parte de las oficinas nacionales de reclutamiento de braceros, para ir legalmente a los Estados Unidos.
IDMR es:
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