IRAPUATO, GTO.- “Donald Trump no nos asusta, con el hecho de que no acuerden Tratado de Libre Comercio no nos tiene asustados ni nos preocupa, porque nuestro mercado de la fresa es a nivel nacional”.
Así lo expresó Marcos Sánchez, gerente de la Asociación de Freseros de Irapuato y uno de los encargados del rancho El Rosario de Irapuato, lugar que es conocido por tener los más grandes campos de fresa del municipio, pues produce alrededor de dos mil toneladas por año, de los cuales 20% es exportada a Estados Unidos, mientras que 80% de la producción se distribuye en todo el país.
Las personas al ingresar al rancho El Rosario quedan inmediatamente impresionadas al ver la gran magnitud de hectáreas que tiene, 25 exactamente, pues sus campos de fresa son tan inmensos que a diario salen camiones con bastantes toneladas de fresa para abastecer hacia otros municipios y estados.
Las fresas del Rosario son originarias de Estados Unidos, pues su planta es traída desde aquel país y es conservada en un congelador en el municipio de Dolores Hidalgo, ya que sólo así se mantiene hasta que el huerto donde será plantada en Irapuato esté listo.
Marcos Sánchez explicó que hay macrotúneles y acolchados, que es la nueva tecnificación en agricultura, en cada plantación de fresa, pues estos dos métodos protegen y garantizan el crecimiento de la fruta y su calidad, ya que desde hace 25 años las personas aún cultivaban a “cielo abierto” y el clima dañaba directamente a las fresas.
Sin embargo, eso ha cambiado con los años, pues la temperatura juega un papel muy importante en los cultivos de fresa, porque influye en el tamaño y madurez de la fruta.
“Nuestros abuelos sembraban a 'cielo abierto', tenían una producción de 20 toneladas por hectárea y por año en una huerta bien atendida, pero con los años eso ha cambiado, pues nosotros sacamos cuatro veces más, que son 80 toneladas por hectáreas al año, gracias a la innovación tecnológica en los cultivos”, explicó el gerente.
Los cultivos son regados por agua 100% potable, lo que garantiza su limpieza y calidad, pues incluso una fresa puede comerse directamente al cortarla, ya que no está contaminada ni tiene contacto directo con el suelo.
Pues también los compradores de Estados Unidos envían periódicamente a inspectores encargados de analizar el agua, tierra y fresa, para comprobar que no tengan ningún tipo de contaminante o químico, ya que en caso de encontrar alguno, vetan no sólo a la huerta, sino a toda la región.
Marcos Sánchez mencionó que cada huerta tiene dos años de vida, pues el primer año produce fresa de excelente calidad, el siguiente año una fresa de buena calidad, pero si se continúa dejando la producción en el huerto la fresa cada vez será de peor calidad, por lo que esa fruta puede venderse a las congeladoras o procesadoras que utilizan esto para procesarla, molerla y hacerla mermelada que luego le venden a la industria de los alimentos; sin embargo el precio que pagan es muy bajo, por lo que no es conveniente.
Entonces los productores optan por la rotación de cultivos, en donde sacan la huerta, y dejan de meter fresa por unos cinco años, ya que hay demasiada humedad en la tierra, lo que provoca la proliferación de hongos; así que dejan descansar la tierra y rotan cultivos, que es producir algún grano u hortaliza para que beneficie al suelo y vaya limpiando, o la otra opción es desinfectar el suelo con un fungicida, pero este segundo proceso es bastante caro y además de matar a los hongos, matan también los nutrientes de la tierra.
Una vez lista la fresa, es recogida por trabajadores provenientes de diferentes municipios, ya que son pocos los irapuatenses que no quieren dedicarse a recolectar la fresa, por lo que los productores buscan mano de obra en otros municipios como Valle de Santiago y Cortazar.
La mano de obra varía durante cada temporada, pues pueden tener desde 250 trabajadores hasta 50 en una jornada laboral de menos de ocho horas, que se dedican a diferentes tareas, desde aplicar el riego, fumigar, deshierbar, recoger fresas, entre otras actividades, pues todos los días salen camiones directos hacia otros estados y municipios.
Toda la fresa que es recogida del huerto es enviada a diferentes lugares desde el interior del estado hasta a toda la República, como la Ciudad de México, Guadalajara, Chihuahua y San Luis Potosí, pues 80% de lo que se produce es a todo el mercado nacional, mientras que 20% es enviada a Estados Unidos durante los meses de noviembre a febrero.
“Esta fresa que está saliendo en la tarde va directamente a la central de abastos de la Ciudad de México, pero también viene gente que se la lleva a otros lugares del país como a Vallarta, Guadalajara, Chihuahua, Torreón, Veracruz y San Luis Potosí.
“La mayoría de nuestro mercado es nacional, entonces Donald Trump no nos asusta, con el hecho de que no acuerden Tratado de Libre Comercio no nos tiene asustados ni nos preocupa, porque nuestro mercado de la fresa es a nivel nacional”.
Es un trabajo cansado, pero honrado
Juana Zavala es irapuatense de la comunidad Morelos, tiene 35 años y tiene cuatro meses que se dedica a recolectar fresas en El Rosario, comentó que es un trabajo cansado, pero muy honrado, ya que al día llega a llenar alrededor de 50 cubetas de fresa.
“Trabajamos de ocho de la mañana a dos de la tarde, pasan por nosotros y nos regresan, aquí nos enseñan todo, desde cómo cortar la fresa, cómo tomarla y hasta ver si ya está madura o no.
“Sí es un trabajo cansado porque es pura espalda, sale y da vuelta, nos colgamos una cubeta en los ganchos, cuando está muy llena la bajamos al suelo porque para la cintura es mucho peso”, dijo Juana.
Juana es una de las más de 80 trabajadores que, por temporada, están trabajando, pues en su mayoría son mujeres las que contrata El Rosario, ya que tienen mayor delicadeza al cortar la fruta y evita lastimarla.