El profesor jubilado de la Universidad de Guanajuato de la especialidad de Mejoramiento Genético, José Alfredo Chapa Elizondo, dio a conocer que, la modificación genética de las semillas podría ser la esperanza de los agricultores del país, debido a que se ha logrado que muchas de éstas puedan evitar el estrés producido por la falta de agua, aunque esto no ha sido posible debido a que las semillas con estas características son obtenidas de empresas extranjeras, mayormente estadounidenses.
“Depender de las empresas transnacionales es un error muy grande y sobre todo ahora que están queriendo meter la Ley de Protección Varietal Nuevo, la cual tentativamente va a prohibir que tomemos material genético de los materiales comerciales; en el caso de Estados Unidos comenzaron a implementar el mejoramiento genético en 1910 ¿Cuándo los vamos a alcanzar? es una gran diferencia de experiencia y organización”.
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Explicó que para que esto pueda funcionar en el país, los productores agrícolas deben de sentirse cómodos al laborar generando un beneficio económico, convirtiendo actualmente a este sector en algo no rentable, debido a que los insumos son lo más costoso en comparación del producto que son las semillas.
Informó que existen programas para el mejoramiento, pero lo que se requiere es quien produzca las semillas, debido a que es una tarea complicada de realizar sin el riesgo de una contaminación genética que impida encontrar el mejor híbrido, es por ello que se requiere que exista una empresa semillera.
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“Tenemos el personal capacitado sólo que se encuentran laborando para las empresas semilleras americanas, éstas tienen personal mexicano especializado en fabricar sus híbridos, quizás los jefes son de origen estadounidense, pero la producción es nuestra, pero estas semillas no son para México sino que, es específicamente para el mercado de Estados Unidos”.