En el marco de las celebraciones de finales de octubre y principios de noviembre, el padre Alfredo Cabrera, capellán del templo de Nuestra Señora de la Soledad, compartió su perspectiva sobre la diferencia entre el Día de Muertos y Halloween, resaltando la importancia cultural y espiritual de las tradiciones mexicanas.
El sacerdote destacó que el Día de Muertos es una tradición profundamente arraigada en México, centrada en el culto y veneración de los muertos, además explicó que, a través de las ofrendas y visitas a los panteones, se honra a los familiares fallecidos, quienes ya disfrutan de "la gloria de Dios", según Alfredo Cabrera, este culto no debe confundirse con otras creencias, como la veneración de la Santa Muerte, ya que son conceptos muy diferentes.
El culto a nuestros muertos es un acto de respeto hacia los antepasados, hacia aquellos padres y madres que nos dieron la vida, señaló Alfredo Cabrera, también recordó cómo San Juan Pablo II veneró las reliquias de sus propios padres en Polonia, ejemplificando que esta devoción a los muertos es un acto de amor y gratitud, no solo en México sino también en otras culturas.
En contraste, el sacerdote de templo de la Soledad enfatizó que Halloween es una celebración con raíces nórdicas que tiene elementos asociados con brujas, demonios y criaturas terroríficas. “Es un festejo ligado al satanismo y la destrucción, que nada tiene que ver con nuestra cultura”, afirmó. Para el padre, mientras el Día de Muertos se enfoca en el respeto por los fallecidos, Halloween proyecta un tono sombrío y distante de los valores tradicionales mexicanos.
Cabrera destacó que los gobiernos municipales han realizado esfuerzos importantes para revitalizar las tradiciones del Día de Muertos mediante eventos culturales y desfiles. Estas iniciativas hacen resurgir nuestras tradiciones, lo cual es muy loable, señaló.
El sacerdote sugirió, además, una alternativa al festejo de Halloween: invitar a los niños a disfrazarse de santos y recorrer las calles para pedir dulces, de manera que se promueva una línea más acorde con los valores cristianos. “Es preferible que los niños se disfracen santos de esos hombres y mujeres que dieron su vida por Cristo y sean testimonios de fe”, opinó Cabrera.
Otro aspecto relevante que mencionó fue el papel de La Catrina, personaje icónico creado por el caricaturista José Guadalupe Posada, explicó que La Catrina, protagonista en los desfiles del Día de Muertos, simboliza la muerte como un paso natural hacia la eternidad, y no como una personificación venerada. “La muerte no es un personaje, sino una transición: es una pascua de esta vida a la eternidad”, puntualizó.
Por su parte, algunos comerciantes locales dedicados a la venta de máscaras y disfraces han comentado que también buscan distinguir entre las celebraciones del Día de Muertos y Halloween, esta separación refleja un interés por mantener viva la identidad cultural mexicana, sin perder de vista las influencias extranjeras.
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Por último, el padre Alfredo Cabrera invita a la comunidad a reflexionar sobre la importancia de mantener y promover las tradiciones del Día de Muertos, recordando a los antepasados con respeto y amor, su mensaje busca inspirar a las nuevas generaciones a preservar la identidad cultural, alejándose de festejos ajenos a las raíces mexicanas.