GUANAJUATO, Gto.- La Plazuela del Baratillo cuenta con una de las fuentes más hermosas, cuyo estilo florentino, tiene un pedestal que sostiene cuatro peces fantásticos de bronce característicos del siglo XIX.
Una de las ocho plazas que se encuentran en la ciudad capital es la del Baratillo, en la cual la distingue su imponente fuente de agua, que en realidad el verdadero nombre de esta explanada es General Manuel González en honor del prestigiado militar que fuera Gobernador del Estado y Presidente de la República.
Sin embargo, para los santefesinos es simplemente, “El Baratillo” y es referencia para propios y extraños que llegan a Guanajuato, incluso por la cantidad de negocios que se ubican a sus alrededores.
Durante la época colonial se le dio el nombre de Plazuela del Baratillo ya que en esa zona céntrica de la ciudad de Guanajuato se vendían flores, verduras y frutas, como ocurre en la actualidad.
Incluso, en el lugar existía un mercado que desapareció en 1893, pero que a la fecha son comerciantes los que se observan a todas horas, a la llegada de los cientos de turistas y locales que llegan como un punto de referencia.
En el centro de esta plaza pública se encuentra la fuente de cantera verde, cuenta con dos tazones labrados sobre los que descansa una columna que soporta una gran concha, adornada con un delfín en cada uno de los cuatro frentes.
Esta fue una de las primeras fuentes de la localidad que recibió el agua para suministro de la ciudadanía y el líquido procedía de la presa de la Olla que se ubica en Paseo de la Presa.
Esta fuente es uno de los íconos con que cuenta la ciudad capital. Antes se localizaba en la Plaza Mayor, pero después se cambió del lugar para colocar el Monumento de la Paz y por eso se le cambió el nombre a Plaza de la Paz.
La fuente es de estilo florentino, tiene un pedestal que sostiene cuatro peces fantásticos de bronce característicos del siglo XIX.
Fue en 1893 se decidió traerla a la plaza del Baratillo, donde hasta entonces hubo un pequeño mercado, en donde se compraban productos a precios económicos, por lo que entonces se le conoció con ese nombre.
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Según cuenta la leyenda, en la fuete se pueden percibir los lamentos de las ánimas de los Carcamanes, una leyenda típica de Guanajuato que data del siglo XVIII y que se desarrolló en una de las casonas ahí cercano.
En esta se cuenta la historia de lo sucedido en la casa de estos hermanos ubicada en una de las esquinas de la plazuela y que desafortunadamente tuvo un desenlace trágico y que hasta nuestros días aún es recordada.
Es un sitio de atractivo turístico que es paso obligado de los visitantes tanto nacionales como extranjeros que aprovechan para llevarse fotos de recuerdo a sus lugares de origen.