Duele ver tanta violencia y criminalidad: Obispo

Enrique Díaz Díaz lamentó que los dos primeros meses del año se hayan caracterizado por ser violentos y dijo que la exigencia de toda la ciudadanía es que regrese la paz al estado.

Oscar Reyes Rodríguez

  · domingo 3 de marzo de 2019

Se tiene que analizar el fenómeno de la violencia desde la raíz, para saber qué originó este clima que está afectando al estado, dijo el Obispo de Irapuato. / Foto: Martín Martínez / El Sol de Irapuato

Enrique Díaz Díaz, obispo de la Diócesis de Irapuato, dijo que mientras no hay una coordinación entre autoridades federales, estatales y municipales, muy difícilmente se va a poder combatir el clima de violencia que se vive en el estado.

Enrique Díaz Díaz lamentó que los dos primeros meses del año se hayan caracterizado por ser violentos y dijo que la exigencia de toda la ciudadanía es que regrese la paz al estado.

“Yo creo que desde hace muchos años el delincuente siempre actuar al margen de la ley y de la autoridad y es difícil para la autoridad someter, nosotros lo pedimos, lo exigimos, decimos y yo creo que con todo derecho pedimos seguridad para las familias, seguridad en nuestros ambientes, pero yo insisto en lo que decía el Evangelio, ¿qué frutos estamos dando y qué sembramos para dar estos frutos?

Enrique Díaz Díaz dijo que se tiene que hacer una reflexión sobre qué ha sucedido para que se haya llegado a una sociedad violenta. / Foto: Martín Martínez / El Sol de Irapuato

"Si vemos estos frutos yo reflexiono, pienso mucho: ¿qué hace que un hombre, una persona que sea capaz de tan horrendos crímenes, de tan ambiciosos proyectos que se basen en la destrucción del otro?

“Entonces es muy difícil que una autoridad sola someta a eso y si esta autoridad no está bien coordinada, tanto federal, estatal, las diferentes fuerzas, se torna peor esta situación”.

Fotos: Víctor Cruz / Sol de Irapuato.

Enrique Díaz Díaz dijo que la que pasó fue una semana sangrienta que dejó mucho dolor y esto debe llevar a pensar hacia dónde se quiere llegar como sociedad, pues también el cambio debe venir desde ella, con el fortalecimiento de los valores.

“Una semana sangrienta, triste, dolorosa, ¿qué frutos estamos dando? Y si esos son los frutos que estamos dando, necesitamos ver qué hemos sembrado (...) porque nos asustamos de esos frutos, pero no hemos puesto en las raíces, en las semillas de lo que hemos sembrado, sobre todo en la educación”.