Desde hace más 78 años, María Adelina Cadena Puente y su familia organizan las tradicionales posadas en la comunidad de Encino del Copal.
Para la comunidad de Encino del Copal, la llega del mes de diciembre significa una temporada de alegría, pues el rancho completo se une para realizar el novenario en honor a los nueve días que duró José y María en su peregrinar en busca de belén.
María Adelina, de 94 años de edad, recuerda cómo su padres fueron los primeros en celebrar las ahora tradicionales posadas en la comunidad de Encino del Copal.
“Mi mamá y mi papá eran de Aldama, pero cuando yo tenía como 15 o 16 años nos cambiamos para acá donde mi papá tenía una tierras para la siembra”
“Desde que llegamos aquí don chente y doña Maria junto a mi papá fueron los primeros en hacer las posadas, sólo que antes eramos tan poquitos en el pueblo que sólo nosotros, don chente y Cuquita caminábamos por todo la tierra con nuestra María y José mientras rezábamos”, expresó doña Maria Adelina.
Las tradicionales posadas en México se realizan desde la temporada de la colonia. Su origen es de carácter religioso, en el que se representa el peregrinar de José y María en su camino a Belén, pero desde finales del siglo XVIII forman parte de la cultura popular al ser organizadas por las familias.
Actualmente, en la comunidad de Encino del Copal pocas son las familias que viven las posadas, pues, doña María comentó que la falta de interés y la migración de paisanos a las ciudades cercanas ha hecho que poco a poco las tradiciones en el pueblo se vayan terminando.
“La gente ya no realiza, yo siento que cuando nos empecemos a morir los viejos del pueblo las cosas aquí como esas costumbres se van a terminar, y eso no quiero, pues son historia de nuestro pueblito”, añadió.