Irapuato, Gto. Para Juan López Sánchez ser zapatero es una profesión muy entretenida, ya que uno confecciona, modifica y repara el calzado a media, aunque también arregla otros artículos como mochilas, maletas y bolsos, y en ocasión ha fabricado su propio zapato el cual decoran, refuerzan o dan el acabado que el cliente en un momento dado les solicite.
Don Juan una persona muy amable, recuerda que llegaron a aquí a Irapuato hace 16 años, ya que son originarios de la ciudad de México, y su suegro fue el que los enseñó la profesión de ser zapateros, ya que él traía el oficio -ya en la sangre que es como lo recuerda-, un oficio por más de 60 años, y él se encargaba de las reparaciones de la hechura de zapato tenis.
Para él esta profesión es una tradición familiar de toda la vida y esto se debe -gracias a las enseñanzas de mi suegro que nos enseñó este noble trabajo que aprendimos varios de la familia, hacer todo tipo de reparación, en el zapato de hombre, como de mujer, ya que hacemos reparación tapa, suela, doble vida, cambió de tacones, pintar, cambio de suela de baqueta, de hule y bolear, y aquí en esta ciudad nos dimos a conocer por el trabajo que en la hechura de tenis y por las reparaciones de los zapatos para futbol.
Para Juan López, hoy los nuevos retos que se tiene son los tenis y zapatos de modelos recientes ya algunos ya no vienen cocidos y estos ya no viene pegados con el tradicional cemento amarillo, si no, ya traen nuevos procesos como pegamentos y aditivos nuevos, y esto nos ha ocasionado que nos vayamos adaptando a estas nuevas técnicas de fabricación.
Los trabajos que realizó ya no se trabajan de manera tradicional, ahora se emplea un proceso de vulcanizado en donde se aplican precisamente los pegamentos y aditivos nuevos, que ahora nos ayuda más a dar un mejor servicio y más duradero, -entre risas, dice tenemos que acoplarnos a estos cambios.
-Ante esta pregunta, Don Juan se queda pensativo- los talleres de reparación de calzado tienen a desaparecer realmente sí, existe una principal, “para que suceda es que en la familia ya nadie continúe con esta profesión” y suelta la risa, en mi caso es ese riesgo “porque mis hijos ya empiezan a dedicarse a otras ocupaciones”.
¿Quiénes son los clientes frecuentes? La gente joven y deportista son los que más viene a que les repare sus tenis, ya que por el alto costo que tienen estos, por la marca mejor ya opta por la reparación.
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Muchas han sido las satisfacciones de Don Juan con su profesión y una de ellas es cuando los clientes quedan satisfechos, otra es cuando las mamás vienen a que les arregle el zapato escolar de su hijo y estos son los que trato de sacar primero, porque sé que es el único par que tiene algunos niños con el que se van a ir a la escuela y “sé la necesidad que se tiene cuando no se les puede comprar otros pares”, concluyó.