Durante las festividades decembrinas, las personas con autismo y sus familias enfrentan retos relacionados con alteraciones sensoriales, especialmente en momentos de celebración que implican sonidos fuertes, cambios de escenario y contacto físico.
Al respecto, Lizbeth Anel Villalvazo Millán, directora de la Clínica Mexicana de Autismo y Alteraciones del Desarrollo (Clima), explicó que estas situaciones pueden resultar abrumadoras si no se toman medidas de prevención.
“El autismo implica alteraciones sensoriales que afectan áreas como lo auditivo, visual, táctil, vestibular y propioceptivo. Estas pueden generar reacciones intensas frente a estímulos como la luz brillante, los sonidos fuertes y los cambios en el entorno, lo que muchas veces desencadena incomodidad o incluso crisis”, señaló.
En el caso específico de las fiestas decembrinas, la pirotecnia representa un gran desafío. La directora explicó que la pirotecnia, al ser sonidos inesperados y de alta intensidad, puede generar malestar significativo en personas con hipersensibilidad auditiva. Además, actividades comunes como abrazos o convivencias en espacios llenos de gente también complicaron la experiencia para quienes tienen alteraciones táctiles o dificultades con el movimiento.
“Imagina que una persona con autismo está acostumbrándose a la luz del sol, pero al mismo tiempo escucha una motocicleta o un cuete estallar cerca. Esa combinación puede ser suficiente para causar irritación y sobrecarga sensorial. Lo mismo ocurre en reuniones familiares donde se mezclan abrazos, cambios de espacio y ruidos intensos como los cohetes”, detalló.
Ante esta realidad, Lizbeth Villalvazo Millán recomendó a las familias anticiparse a las situaciones potencialmente estresantes. Algunas estrategias incluyeron el uso de audífonos para reducir el impacto de los ruidos, actividades que desviaran la atención como películas o juegos en tabletas y la sensibilización de otros miembros de la familia para evitar estímulos innecesarios, como el uso de globos o pirotecnia.
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“Es importante conocer las áreas de oportunidad sensorial de nuestros familiares con autismo. Prepararse adecuadamente permite que toda la familia disfrute de las fiestas. Esto no implica aislarlos en una burbuja, sino crear un ambiente más amigable para todos”, concluyó.
También destacó la importancia de trabajar estas alteraciones en terapia, tanto para personas con autismo como para quienes tienen otros trastornos del desarrollo. De esta manera, se puede promover una mejor integración social y emocional en futuras celebraciones.