IRAPUATO, GTO. (OEM_Informex).- Ángel Yael Ignacio Rangel fue despedido entre lágrimas y recuerdos por familiares y amigos.
El joven estudiante de la carrera de Agronomía tenía exactamente un mes que había celebrado su cumpleaños número 20.
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"Con su muerte se lleva muchos sueños, muchos proyectos y el corazón de todos nosotros".
Y es que además de dedicar gran parte de su vida al estudio, el joven estuvo a punto de recibir su documentación para una marca de accesorios artesanales de piel, en la cual tenía mucho tiempo trabajando arduamente.
"Creía en un mundo mejor, nunca se negó a ayudar en casa, ni a sus amigos y compañeros de la escuela".
Siendo un alumno sobresaliente, siempre buscaba ayudar a sus compañeros de clase cuando batallaban para entender algún tema. Su solidaridad y empatía lo hizo ganar muchas amistades en el campus de la Universidad de Guanajuato.
La sala donde fue velado se llenó de hermosos arreglos florales y globos dorados.
Amigos, tíos, primos y decenas de personas más llegaron vestidos con sombrero y camisa a cuadros en homenaje al fresco estilo que Ángel llevaba, pues adoraba la ropa vaquera, otros llegaron con ropa blanca pues venían de la manifestación que se hizo más temprano por las calles de la ciudad.
Durante el velorio estuvo presente Libia García, secretaria de Gobierno del Estado de Guanajuato, quien vino de parte del gobernador del Estado para refrendar el apoyo a la familia de la víctima, de igual forma estuvo presente el rector de la UG Luis Felipe Guerrero Agripino.
"ERA UN BUEN MUCHACHO NOS URGE SE HAGA JUSTICIA"
Un día normal en la vida de Ángel Yael era salir desde temprano de su domicilio en la zona sur de la ciudad, tan sólo llegar a su casa de estudios le tomaba cerca de hora y media, pero jamás lo vieron quejarse de eso, pues estaba construyendo su sueño, ser un gran agrónomo.
Aunque apenas iba en el cuarto semestre de su carrera, en ocasiones tenía la costumbre de entrar o apuntarse a clases extra, pues quería aprovechar al máximo la oportunidad de estudiar, además le servía para apoyar a otros compañeros.
Familiares lo describieron como un joven tranquilo y apegado a su familia.
"Tenía 20 años ya, pero siempre fue muy respetuoso de sus padres y su hogar".
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A la salida del campus en El Copal acostumbraba quedarse un rato a jugar basquetbol con sus compañeros, el camino de regreso era largo y le servía para comenzar con sus tareas.
"No sabemos porqué Dios hace estas cosas (sic)... le tocó a él, pero eso no nos deja más que seguir exigiendo justicia, para él y para todos los jóvenes que están construyendo su futuro y el de nuestra sociedad, que no atenten contra sus vidas como lo hicieron con mi Ángel", dijo entre lágrimas la madre del joven.