El Obispo de la Diócesos de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, dijo que los tres órdenes de gobierno deben asumir la responsabilidad que les toca y dejar de repartir culpas, pues sólo así se podrá contener la violencia que sigue en el estado.

Además, señaló que parece que es más importante la descalificación entre los partidos políticos y los gobernantes que lograr una coordinación que permita atender el tema de la inseguridad desde la raíz.

“Mientras no haya coordinación, mientras nos echemos la responsabilidad y la bolita unos a otros no se va a poder hacer mucho; si Gobierno Federal le echa la culpa al Estado, si el Estado y Municipio le echa la culpa al Federal o a Gobernación es poco lo que se va haciendo.

Así Lo Dijo...

“Yo creo que (la inseguridad) es una lacra que afecta a todos y que no podemos hacernos a un lado”.

Enrique Díaz Díaz | Obispo de Irapuato.

“Es importante no echar culpas sino poner nuestra responsabilidad, cada quien en esto que es tan fuerte, es importante que nos acerquemos y que seamos conscientes de que la violencia depende de todos, parece que ahí se privilegia el sentido político y que si el otro partido político está fallando, que si yo estoy bien y el otro está mal, yo creo que (la inseguridad) es una lacra que afecta a todos y que no podemos hacernos a un lado”, dijo el Obispo de Irapuato.

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Estas declaraciones se dan posterior a que Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, dijera que la situación de violencia en Guanajuato se debe a que las personas fueron abandonadas a su suerte y por ello se van a la delincuencia y por ello los asesinan o desaparecen, situación que causó indignación a los familiares de personas desaparecidas que señalaron que esas declaraciones están revictiminzando a las personas que no han sido localizadas, como si ellos hubieran querido ingresar a la delincuencia, cuando hay un fenómeno de reclutación forzada que llevan a cabo los grupos delictivos.

En 16 días Guanajuato contabilizó 195 asesinatos, un promedio de 12 por día y donde ha habido masacres y hasta el asesinato del aspirante a la presidencia municipal de Juventino Rosas, Juan Antonio Acosta Cano.