Si hablamos de irapuatenses destacados, sin duda, no podríamos dejar de lado a Pedro Ávila, quien a pesar de las ‘limitaciones físicas’ que tenía, esto no le importaba para todos los días entregar lo mejor de sí y brindar su mejor servicio para las y los irapuatenses que visitan el Centro Histórico, hasta sus últimos días.
Pedro Ávila, conocido cariñosamente como ‘el patín’, quien por años fue una figura emblemática y querida en el Centro Histórico de la ciudad, fue un vigilante dedicado, se ganó el respeto y la gratitud de miles de personas que diariamente confiaban en su servicio para cuidar sus motocicletas.
La noche de este miércoles, lamentablemente fue confirmada su muerte, una noticia que rápidamente se comenzó a divulgar, pues era un personaje muy querido para la ciudad.
‘El patín’, como era conocido entre los irapuatenses, dedicó su vida a brindar seguridad a los vehículos de los trabajadores del Centro Histórico. Su presencia se convirtió en un símbolo de confianza y tranquilidad para aquellos que, día tras día, dejaban sus motocicletas bajo su resguardo mientras realizaban sus labores cotidianas.
Desde tempranas horas hasta el anochecer, sin importar las altas temperaturas, los fríos y las lluvias Pedro Ávila se aseguraba de que cada motocicleta estuviera a salvo, permitiendo que los trabajadores pudieran realizar sus actividades sin preocupaciones. Su dedicación y compromiso fueron ampliamente reconocidos, y su figura se convirtió en un pilar de la rutina diaria del centro de Irapuato.
La partida de Pedro Ávila deja un vacío en la comunidad, pero también un legado de dedicación y servicio que será recordado por mucho tiempo. Su vida es un testimonio del impacto positivo que una persona puede tener en su comunidad a través de la dedicación y el trabajo honesto.