IRAPUATO, Gto.- Cuando tenía ocho meses de embarazo, Dulcinea Fuentes fue golpeada por su esposo Raymond mientras vivía en su casa en Honduras. Por esos golpes, Dulcinea estuvo a punto de perder a su pequeño Camilo, quien estaba a unos días de nacer.
“Mi esposo mi llevó toda golpeada al hospital y ahí estuvo conmigo. Un día, cuando él se descuidó y se fue al baño, aproveché para escaparme”, relató Dulcinea.
Desde entonces, Dulcinea es una mujer que ha migrado por buscar un mejor futuro para ella y para su hija.
“Llevo dos años migrando, mi meta es llegar a Estados Unidos con mi hija. En el trayecto me he quedado un mes en un lugar, trabajo, hago dinero y me muevo con ese dinero para seguir avanzando”, relata la joven mujer, quien apenas tiene 19 años.
En Honduras, Dulcinea estudiaba el bachillerato y estaba a punto de concluirlo cuando se embarazó de su novio, seis años mayor que ella, con el que luego se casó.
Al principio, todo transcurría normal en la vida de Dulcinea, hasta que su esposo comenzó a golpearla. A veces hasta porque su hijo Camilo lloraba era motivo para golpearla, hasta que no aguantó y decidió irse.
“No ha sido fácil, como madre soltera una se enfrenta a muchas complicaciones y más en mi caso que soy migrante, piensan que lo único que quieres es dinero fácil y te hacen insinuaciones que como mujer hacen que pierdas la dignidad, pero he aprendido a decir que no por mi hija”.
Dulcinea es una de las 54 mil madres migrantes que en promedio al año llegan solas a México provenientes de Centroamérica con rumbo a Estados Unidos, según datos del Instituto Nacional de Migración.
Dulcinea ha solicitado asilo en México en tres ocasiones y las tres se la han negado. Está por cumplir un año, Dulcinea está en México y planea intentar cruzar en junio a Estados Unidos para probar suerte y encontrarse con su mamá, quien la abandonó cuando ella tenía 12 años en búsqueda de darle un mejor futuro a ella, pero desde entonces no la ha vuelto a ver.
“Me gustaría reunirme con mi mamá, que conozca a Camilo y poder estar juntas. Cuando alguien tiene a su madre nada le falta; cuando no la tiene, no tiene nada y quiero estar con ella”.