¿Conoces los volovanes de la Olla? Una centenaria tradición en Irapuato

La olla de barro tiene un promedio de 20 a 25 años y nos ha dado mucho servicio

Paul Witrago R / El Sol de Irapuato

  · lunes 4 de marzo de 2024

Los Volovanes de la Olla ha perdurado por más de 100 años / Fotos: Paul Witrago / El Sol de Irapuato

Irapuato, Gto. - En las entrañas del Centro Histórico de Irapuato, la tradición de los Volovanes de la Olla ha perdurado por más de 100 años, convirtiéndose en un manjar típico y un símbolo del ingenio familiar.

En una entrevista exclusiva para El Sol de Irapuato, Martín Venegas compartió la historia detrás de este deleite gastronómico, el cual comenzó en 1920, cuando su abuelo Abraham Venegas, en busca de sustento en tiempos económicos difíciles, decidió emprender la elaboración de estos volovanes de manera artesanal. Desde entonces, ha pasado de generación en generación como un legado familiar.

"Para mí es un orgullo seguir con este trabajo que me heredó mi padre, Jesús Venegas. Hacer volovanes es más que una forma de vivir; nos hemos convertido en parte fundamental de la historia de la ciudad", expresó Martín Venegas.

A lo largo de los años, la popularidad de los volovanes ha crecido, siendo un clásico en el Centro Histórico, con puntos de venta reconocidos, como afuera del templo de la Tercera Orden. A pesar de los cambios de ubicación debido a la modernización de la plaza, la esencia y el sabor artesanal se han mantenido intactos.


Estos deliciosos volovanes, rellenos de picadillo o crema, varían su contenido en época de Cuaresma, cuando cambian a atún.


Martín Venegas reveló el proceso meticuloso de preparación que sigue la receta original de su abuelo. La masa se prepara artesanalmente, reposando hasta obtener la consistencia deseada. Luego se corta y rellena con picadillo o crema, otorgándoles ese sabor inconfundible. La cocción en la olla de barro, una tradición que ha persistido, contribuye a mantenerlos calientes y preservar su autenticidad.

Fotos Paul Witrago | El Sol de Irapuato

"La olla de barro tiene un promedio de 20 a 25 años y nos ha dado mucho servicio todos estos años. Nosotros metemos tres hileras de volovanes, tanto de picadillo como de crema", compartió Martín.

Con un tono de nostalgia y gratitud, Martín Venegas subraya la conexión emocional que tiene con esta profesión. La memoria de su abuelo y padre, quienes le legaron esta noble tradición, sigue viva en cada volován que sale de sus manos. Reconoce con orgullo la fidelidad de clientes de larga data y los éxitos obtenidos en concursos artesanales.

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"Concluyo esto con gran emoción y agradecimiento. Hemos ganado primeros lugares en competencias, y en 2019 fui reconocido con la fresa de platino como la mejor comida artesanal de Irapuato en esta especialidad", concluye Martín Venegas, dejando claro que los Volovanes de la Olla son más que un postre; son un tesoro culinario arraigado en la historia y el corazón de Irapuato.