Ilse Alejandra Ponce, de 26 años, perdió su empleo como entrenadora en gimnasios tras la pandemia por lo que decidió comenzar a vender productos de acero inoxidable sin necesidad de un local, todo por redes sociales.
La pandemia mundial por SARS-COV2 obligó a que ella y la mayoría de su familia se quedaran sin empleo debido a que sus centros de trabajo habían cerrado.
“Durante los 3 primeros meses de la pandemia, toda mi familia vivíamos del sueldo de mi hermana, ya que su trabajo no había cerrado, pero cada día era más estresante para todos, ya que había cuentas personales por pagar”, señaló.
Sin embargo, ante la escasez de empleos en plena pandemia, decidió emprender y tomar la idea de un tío para adaptarla y comenzar con su negocio a través de redes sociales.
“Un día un fui a visitar a un tío que vende collares de acero inoxidable y compre uno, pero en ese momento pensé que estaba muy barato y que yo los podía vender a mejor precio por redes sociales y así ganarme un poco de dinero para apoyar a los gastos del hogar, así que ese día los compre y me fui a venderlos, los cuatro primeros los vendí relativamente rápido, por lo que decidí que era un buen negocio y le dije a mis hermanos que si trabajan conmigo, uno vendía, otro tomaba las fotos y el otro se encargaba de todo lo que tenia que ver con redes sociales.
“Hasta ahorita llevamos mas de un año vendiendo, ya hasta mi mamá esta dentro del negocio, y aunque ya casi todos recuperamos nuestros empleos, decidimos seguir manteniendo esta fuente de empleo que surgió en la pandemia” dijo.
El comercio digital local paso a ser parte de las cientos de trabajos que fueron creados orillados por la Covid-19, donde se empezaron a usar nuevos espacios de comunicación para ofertar sus productos y lo que ayudó a miles de Irapuatenses a que se preservara su economía.