Los comerciantes de fresas que laboran a lo largo de la Avenida de los Insurgentes comentaron que la venta va muy baja, y mencionan que la razón más viable es por el precio al que ofrecen la canasta con fresas, pero aseguraron que deben subir los precios ya que sus proveedores les vende la caja a un precio muy elevado.
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El señor Jaime Pérez, uno de los muchos vendedores de la zona que lleva 33 años trabajando, contó cómo ha sido su experiencia en los últimos meses en cuestión a las ventas, e hizo la comparación de cómo le había ido en años anteriores.
“En este año nos ha ido más o menos, han habido meses buenos y otros malos, pero lo importante es que ha salido para solventar los gastos y alcanza para la comida”.
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Agregó que por la falta de lluvias se saca poca fresa de los campos y esa es la razón principal de que el precio incremente, pero las personas desconocen el problema en la producción de éstas y se niegan a pagar lo que vale cada canasta.
“Está entrando muy poca fresa, ya en estos tiempos empieza a escasear la fresa y a nosotros la caja nos las están vendiendo a mil pesos, de ahí salen más o menos cinco canastas, cada una la damos a 200 más la canasta queda a 220 pesos pero la gente no quiere comprarla a ese precio, a veces quieren pagarlas a 130, nos regatean mucho”.
“Si no caen las ventas tenemos que rematarlas para evitar perder tanto y que se desperdicie el producto, porque en este negocio a veces se gana y otras veces se pierde, de perder todo a poder recuperar aunque sea un poco de la inversión”.
Mencionó que la temporada más alta en ventas fue el trimestre de marzo a mayo porque la producción de fresa es mucho mayor y esto genera precios más bajos.
“La temporada más alta en ventas son los meses marzo, abril y mayo porque las fresas están muy baratas como a 80 pesos”.
Añadió que, en algunos fines de semana se vende tan bien que ya por la tarde no hay fresas, pero los días más bajos deben trabajar hasta tarde y cree que las malas ventas también tienen relación a la cantidad de vendedores en el mismo lugar.
“De repente hay mucha venta los fines de semana, cuando ya son las dos de la tarde ya no hay nada de fresas, pero cuando la venta está floja nos vamos ya en la noche, pero lo que nos llega a afectar en las ventas es que somos de 40 a 50 vendedores en la misma zona”.