GUANAJUATO, Gto.- Desde 1750 la apertura de las compuertas de la presa de la Olla es un pretexto para la romería, para la convivencia y para el fortalecimiento de la cohesión social de los guanajuatenses, afirmó el cronista de la ciudad, Eduardo Vidaurri Aréchiga.
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El objetivo de la apertura es para limpiar superficialmente el río Guanajuato, también quitar el lodo, la basura, que por el arrastre de la corriente se van acumulando en el embalse, renovar el agua y contar con líquido nuevo, en sustitución de la que ya tiene varios meses almacenada.
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Dijo que el origen de este evento, está ligado a la construcción de la presa de la Olla, un proceso que tuvo siete años, de 1741 a 1749. La presa de la Olla se llenó por primera vez en 1748 probar la resistencia del dique y la capacidad del mismo y fue necesaria vaciarla de nuevo para concluir su construcción en 1749.
La construcción de dicho embalse vino a resolver en esa época, uno de los problemas más serios que enfrentaba la población guanajuatense, la falta del vital líquido para la supervivencia humana y para el desarrollo de la industria, apuntó el historiador capitalino.
Posteriormente se construyó una segunda presa a finales del siglo XVIII, y se concluyó en 1791 y se le denominó presa de Los Pozuelos. Desde entonces esta presa y la de la Olla alternaban las aperturas de sus compuertas.
El cronista de la ciudad de Guanajuato destacó que en el siglo XIX esta localidad contó con un conjunto de pequeñas presas que venían a resolver los problemas de abasto en la industria y de la propia población.
Citó que, por ejemplo, se construyó la presa de Yuris en el barrio de Pastita, la de Peregrina, en el monte de San Nicolás, la presa del Molino de Santa Gertrudis, la presa de Zaragoza, la presa del Saucillo y la presa de Rocha, para resolver la falta de líquido que requería la industria de Guanajuato.
Dijo que en todas las presas tenían en su momento una pequeña apertura de las mismas, “pero sobrevive única y exclusivamente la apertura de la presa de la Olla, la más antigua, la más popular, y de la de mayor arraigo entre la población”.
Vidaurri Aréchiga señaló que no se tenía una fecha fija de la realización de la apertura de la presa de la Olla.
Durante la administración del gobernador de Joaquín Obregón González, a principios del siglo pasado, se instituyó que la ceremonia se celebrara el primer lunes de julio a la una de la tarde y era el mandatario junto con el presidente municipal, quienes encabezaban el evento y a una señal, agitando un pañuelo blanco, indicaban en qué momento se tenían que abrir las compuertas de la presa y al mismo tiempo la banda del estado tocaba ya por entonces el vals sobre las olas, del compositor Juventino Rosas.
Finalmente, Eduardo Vidaurri Aréchiga, señaló que en dos ocasiones se suspendió esta ceremonia de apertura de las compuertas de la presa, esto ocurrió en 1983 cuando se tuvo una tremenda sequía por la falta de lluvias.
En 2010 se volvió a suspender por el desazolve del embalse y en 2020, a raíz de la pandemia por Covid-19, la ceremonia solamente se realizó de manera virtual.