Luego de que se diera a conocer que el exsacerdote del Templo de la Soledad, Luis Esteban Zavala Rodríguez, fuera sentenciado a más de 65 años de prisión por los delitos de corrupción de menores y violación espuria, el Obispo de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, dijo que si bien es un hecho lamentable, la Iglesia se mantiene en su postura de que no habrá tolerancia en contra de este tipo de actos, por lo que llamó a denunciarlos.
Enrique Díaz Díaz dijo que la Diócesis de Irapuato colaboró en todo momento con lo que la autoridad judicial solicitó durante la investigación del caso y señaló que respetan la decisión tomada por la autoridad civil, además de que reconoció que es un hecho que duele, pues se contrapone al trabajo que la Iglesia ha estado impulsando.
“Como Iglesia nos duele, como Iglesia lo sentimos muy difícil porque estaríamos llamados a ser luz, a dar esperanza, a dar ánimo y estos acontecimientos desdicen en parte nuestra misión y son muy dolorosos para todos, muy dolorosos.
Así Lo Dijo...
“Seguiremos asumiendo nuestro compromiso de transparencia y tolerancia cero, la Iglesia invita y sigue invitando a denunciar”.
Enrique Díaz Díaz | Obispo de la Diócesis de Irapuato.
“El Papa nos invita siempre a que miremos a las víctimas, a todas las víctimas que todos estos hechos provocan (...) entonces es un dolor grande que asumimos y que ponemos en manos de Jesús”, refirió.
Sin embargo, el Obispo de la Diócesis de Irapuato dijo que la Iglesia se mantiene firme en que no debe haber tolerancia a este tipo de actos y dijo que se seguirá trabajando para que no existan más casos como ese.
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“Seguiremos asumiendo nuestro compromiso de transparencia y tolerancia cero, la Iglesia invita y sigue invitando a denunciar, hay una comisión de protección a menores, formada entre otras personas por psicólogos, gente que sabe de derecho para apoyar a quien se sienta víctima y los invitamos a denunciar, no con especulaciones, no con díceres, sino con las formalidades legales y ante las autoridades correspondientes”.
El padre Luis Estaban fue sentenciado a 65 años y tres meses de prisión, luego de haber sido encontrado culpable de los delitos de corrupción de menores y violación espuria en contra de una adolescente a la que conoció cuando ésta tomaba sus clases de catecismo en el Templo de la Soledad.