Conmemoran los 100 años del natalicio de Samuel Ruiz García, en Irapuato

El padre Armando García Ojeda, lo recuerda como un gran hombre que dejó una huella muy importante en los pueblos indígenas

Paul Witrago / El Sol de Irapuato

  · domingo 3 de noviembre de 2024

Centenario de Samuel Ruiz García, legado de un defensor de los derechos indígenas en México. Fotos: Jesús Gutiérrez / El Sol de Irapuato

Irapuato, Gto.- Este tres de noviembre se conmemoran los 100 años del nacimiento de Samuel Ruiz García, un líder espiritual y defensor de los derechos de los pueblos indígenas, cuyo legado sigue vivo en México, el padre Armando García Ojeda, cercano amigo y compañero, lo recuerda como un hombre extraordinario que dejó una huella profunda en la vida de las comunidades indígenas, especialmente en Chiapas, donde dedicó gran parte de su vida.

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"Nos hace falta recordar a quienes han dejado huella en su paso por este mundo, porque muchos vivimos en la rutina, pero hay quienes entregan su vida al prójimo de forma heroica", comentó el padre Armando García sobre Samuel Ruiz, originario de Irapuato y figura central en la historia de la Iglesia en México.

Padre Armando García Ojeda.

Durante la entrevista con El Sol de Irapuato el padre Armando García destacó datos importantes sobre la vida recordando que Samuel Ruiz ingresó al seminario en León, completando cinco años de humanidades y tres años de filosofía, posteriormente, fue enviado a Roma, donde estudió Teología y Sagrada Escritura, lo cual requirió aprender lenguas clásicas como griego, hebreo y latín, además de dominar alemán, francés e inglés, su dedicación y vocación de servicio lo llevaron a destacar rápidamente en la Iglesia católica.

Después de sus estudios en Roma, regresó a México y fue nombrado rector del seminario de León y, más tarde, canónigo de la catedral de León, con tan sólo 35 años, se convirtió en obispo de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, una de las más complejas de México debido a su diversidad étnica y geográfica, fundada en el siglo XVI por Bartolomé de las Casas, la diócesis enfrentaba retos únicos para el trabajo pastoral y social.

Padre Armando García Ojeda.

Dijo que a diferencia de otros obispos que recibían su consagración en otras diócesis, Samuel Ruiz optó por consagrarse en la catedral de San Cristóbal, un gesto que simbolizó su compromiso con la comunidad, el padre García Ojeda, quien fue testigo de esta ceremonia, recuerda la solemnidad del evento, celebrado en latín y acompañado por el coro del seminario de León y de aquella entidad.

Veinticinco años después, en las bodas de plata de su ordenación, la catedral nuevamente se llenó, esta vez con representantes de comunidades indígenas que participaron en una ceremonia de tres horas. "Fue un evento impresionante, las lecturas se repetían en español y en diferentes lenguas indígenas y la música era auténtica, con tambores, flautas y tarimbas, era un reflejo de la inclusión que Samuel promovía en cada aspecto de su ministerio", relató García Ojeda.
Uno de los momentos clave en la vida de Samuel Ruiz fue su participación en el Concilio Vaticano II, donde entabló amistad con obispos de África que también enfrentaban desafíos en comunidades de ese continente con múltiples idiomas y costumbres, inspirado por ellos, Samuel comprendió la importancia de acercarse a la cultura local, esta convicción lo llevó a estudiar las lenguas indígenas y a trabajar para traducir el evangelio de una manera comprensible para las comunidades mayas.

Este enfoque lo llevó a desarrollar una "sinodalidad" en su labor pastoral, promoviendo una Iglesia que escucha y trabaja en colaboración con el pueblo, en sus propias palabras la sinodalidad nos permite juntarnos para escuchar todas las voces y buscar el consenso en cómo resolver nuestros problemas de manera colectiva.

Esta filosofía fue clave para Samuel Ruiz en tiempos de tensiones sociales en Chiapas, donde tuvo que mediar entre la comunidad, las autoridades y el movimiento zapatista.

El padre, quien convivió con Samuel Ruiz durante cinco años en el seminario y mantuvo su amistad, recuerda con cariño las visitas anuales de este obispo de San Cristóbal de las Casas a Irapuato, donde se reencontraba con su familia y amigos, la conexión con su ciudad natal fue constante y nunca perdió el vínculo con sus raíces.

En sus últimos años, ya retirado y viviendo en Querétaro, Samuel Ruiz aún influía en la comunidad. "Cuando me nombraron párroco de Rancho Grande, él vivía en Querétaro, y en una entrevista con la prensa expresó su apoyo y me animó diciendo que haría un buen trabajo, para mí fue un honor recibir esas palabras de alguien que dedicó su vida al servicio", comentó con gran alegría el sacerdote.

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El centenario del natalicio de Samuel Ruiz García es un momento para recordar su vida de entrega, su compromiso con los desfavorecidos y su lucha por una Iglesia que acompañe a los pueblos indígenas en sus luchas y esperanzas, concluyó el padre.