En la colonia San Juan de Retana cada año se hace una gran celebración a su santo patrono San Juan Bautista, la gente acostumbra asistir a misas, poner puestos de comida, rifas y juegos mecánicos.
➡ Suscríbete a nuestra edición digital
Gente de todas las edades fue a ofrecer sus oraciones al santo en su templo, ya sea para agradecerle por los milagros que le han cumplido o a pedir que les resuelva algún problema de salud, económico o familiar.
La señora María contó que tiene mucho tiempo viviendo sola, y que a pesar de que sufre de muchas dolencias a sus 84 años de vida sigue trabajando, juntando botellas para poder solventar sus necesidades, este sábado asistió al templo para agradecerle al santo que le sigue dando licencia para vivir.
Te recomendamos: Realizan tradicional reseña previo al día de fiesta en honor a San Juan Bautista
“Tengo 84 años y ya vivo sola, cuidé mucho tiempo a los hijos de mi hermano y con el tiempo todos agarraron su camino”.
“Vengo a ver a mi santo patrono para darle las gracias de que me dio licencia de seguir viva. Antes venía a ayudar al templo, pero con mis dolencias y mi edad ya no puedo”.
La kermes empieza desde nueve días antes de la celebración, no puede faltar la comida variada, postres y hasta cuadros.
Hay familias que hacen comida a montones para ofrecerle a la gente que va a festejar con ellos, el regalar comida se le llama reliquia.
La familia de la señora Ofelia Rangel disfruta de compartir lo que tienen y dicen que lo hacen para devolver las bendiciones que les ha dado Dios por la intercesión de San Juan Bautista.
“No sabría decir cuánta gente viene, porque si viene muchísima. Esta fiesta la hacemos desde que tengo memoria y ya tengo 56 años. Mi papá fue quien comenzó con la tradición de hacerla”.
Cuenta que cada año hace muchísima comida y necesita ayuda para cocinar y repartir la misma comida.
“Vienen muchos amigos y familiares de otras colonias para ayudarme, unas siete personas hacemos ocho cazuelas de arroz, sopas, caldo de pollo y mucho mole pero yo lo preparo con puro guajolote, eso hace la diferencia en el sabor”.
Comentó también que ella visita al santo un día antes, porque le es imposible dejar su casa por la cantidad de personas que van a degustar sus platillos como cada año.
“Yo ya no puedo ir el mero día porque la gente no deja de llegar, las mismas señoras de los puestos de la kermes vienen por su plato y se regresan a sus puestos, mejor yo voy un día antes de la fiesta para que no me quede sin agradecerle a San Juan”.
La mujer dijo que en otros años se ponía mejor el festejo, ya que habían más habitantes de ranchos, pero en la ciudad cada vez es menos la gente la que quiere seguir con la tradición.
“Antes cuando estaba el rancho, habían más personas que hacían comida y ofrecían la reliquia, ahora solo es mi familia, ahí está mi suegro y mis hijos ayudando”.
La fe de los irapuatenses es grande y queda plasmada en la gran celebración, la cual sin duda es un muestra del sentimiento y agradecimiento hacia el Santo Patrono San Juan Bautista.