¿Conoces la historia del niño héroe de Irapuato? El Imperial Templo de San José de los Indios Otomíes es, probablemente, un templo modesto en su interior y ornamentación, dirán unos, es un templo sin historia, dirán los más ignorantes.
Quienes estuvimos en la primaria Aguiluchos de Chapultepec, a un costado de San José, nunca tuvimos idea de dónde estábamos parados, yo lo entendí ya de adulto. De San José hay libros enteros que cuentan su historia, jamás nos dimos por enterados que ahí había sido Alcaldía de la Villa de Irapuato de 1826 a 1893, tampoco que fue cárcel de 1894 a 1911 y cuartel militar en la Revolución (1910-1920) Guerra contra De la Huerta (1923-1924) y Guerra Cristera (1926-1929).
Que ahí estuvieron Villa y Obregón, por citar a los principales. Y que de 1929 a 1959 tuvo la misma fachada de 1823.
Que salíamos a jugar de recreo entre San José y Catedral en lo que fue un panteón hasta 1835.
Un templo construido por Otomíes y Españoles desde finales del siglo XVI. Que la orientación de donde sale el sol a sus espaldas y se muestra de frente en el ocaso no era una casualidad. Las manos que esculpieron cada detalle, cada figura, para hacer obras únicas desarrollaron arte de un estilo identificado como Tequitqui.
Supe que la capilla lateral fue el recinto original y así sucede con los templos, son los lugares más antiguos que dan origen al resto de los mismos...
La Torre de San José
San José fue el último bastión de defensa de Irapuato en más de 15 ocasiones, desde irapuatenses, cuyo nombre se pierde en el tiempo, a defensores inesperados como Achilles Bazaine, jefe del ejército imperial en 1866.
Ahí surgen los nombres de héroes casi desconocidos, como Eduardo García, El Niño Héroe de Irapuato. Pedro Enciso, el Irapuatense que defendió tantas veces la población de Irapuato, hasta perder la vida en 1858.
En 1858, un muy joven oficial Ignacio Zaragoza enfrentó a las tropas de Leonardo Márquez, tomando como punto de defensa la Torre de San José y persiguiéndolos hasta Munguía nuevamente, donde optó por regresar y seguir el resguardo de Irapuato.
Para mí no es donde estuvieron los famosos, es donde estuvieron los irapuatenses de nacimiento y adopción ofrendando su vida por lo que hoy somos.
La foto corresponde a una ilustración artística, con el fin de darle rostro y cara al Niño Héroe de Irapuato, Eduardo García.
La defensa de Irapuato desde la Torre de San José
Del historiador Genaro Acosta para el Periódico La Crónica, 18 de abril del año 1888. La Defensa de Irapuato del 18 de junio de 1858.
El 18 de junio fue avistado a las 6:00 de la mañana un contingente liberal, de no menos
de 1000 soldados armados y pertrechos. Estaban conformados en Infantería, Caballería y Artillería. Comandados por el General Manuel García Pueblita.
El alcalde de Irapuato, Don Pedro Enciso, pidió ayuda al regimiento apostado en el cuartel, donde sólo estaba una guardia de 15 soldados, fue entonces que tocando las campanas del Templo de San José se convocó a la población civil a defender la villa, pidiendo a las mujeres y niños resguardarse. Menuda fue la sorpresa del alcalde Enciso cuando mujeres y niños capaces de sostener un arma pidieron quedarse a combatir en la defensa de Irapuato.
Los escasos soldados pusieron a disposición de la fuerza civil bayonetas para algunos en rifles y la mayoría se montaron en palos para defenderse al extremo del combate a bayoneta. A las 10:00 de la mañana las tropas de García Pueblita estaban ya en el barrio de San Miguel, muy cerca de la alcaldía de la Villa de Irapuato. Enciso, el alcalde, al ver tomado el Barrio de San Miguel ordenó a la población retroceder detrás del templo de San José, cuando los Invasores avanzaron hacia la alcaldía junto a San José en traslado de su artillería, Enciso, con su ejército improvisado de jóvenes sin experiencia militar, mujeres y niños. bayoneta en mano atacaron a las fuerzas de García Pueblita haciendo retroceder a los atacantes que buscaban posiciones para contraatacar, en ese momento un joven teniente a quien la historia le tenía guardada un lugar en la inmortalidad apareció con 30 jinetes de caballería, el entonces teniente Ignacio Zaragoza cortó la retirada de las fuerzas de García Pueblita.
Mientras en la entrada de San José unos artilleros de García Pueblita lograron armar un cañón portátil y se disponían a volar la puerta del templo; Eduardo García, que contaba con 16 años y de origen español e hijo de un comerciante del mismo nombre, al ver al artillero a punto de disparar se lanzó desde el frente del templo derribando a los soldados que sostenían el cañón portátil y al artillero evitando el disparo, ante la sorpresa de todos, el joven Eduardo se puso de pie, tomó una bayoneta que encontró en el piso y combatió junto a mujeres y niños a los soldados liberales que ya muchos huían. Para entonces el grueso de los soldados del cuartel encabezados por Juan Jurado y José María Magaña, llegaron a reforzar Zaragoza.
En el momento un estruendo en lo que hoy es Santos Degollado entre el actual Juárez y la Plaza Hidalgo, el polvorín de las fuerzas de García Pueblita había sido hecho explotar por el Alcalde Pedro Enciso quien murió en el lugar, ante esto García Pueblita y lo que quedaba de sus hombres huyeron, pero no fue la única vez que atacó a Irapuato. Los prisioneros suplicaba piedad, a lo que Zaragoza respondió que ellos no la tuvieron con los niños y mujeres que los combatieron, señalando cuerpos de estos tirados en el espacio entre la hoy Catedral y San José. Y los fusiló en las paredes de la hoy Catedral de Irapuato.
Siempre del otro lado de la historia. siempre olvidados por otros, pero no por nosotros. Orgulloso de los irapuatenses, hombres y mujeres que nos precedieron.
Orgulloso de los defensores de la torre y bóveda del Templo de San José de los Indios Otomíes. Su nombre original, aún no era imperial.
El fin de dar un rostro y una imagen a Eduardo García, el Niño Héroe de Irapuato, es crear el sentido de la pertenencia, del orgullo y de la empatía con un irapuatense de otro tiempo, que defendió al extremo del heroísmo su posición para evitar cayera en la manos de los liberales.
Cuando vayamos al centro histórico, volteemos a San José y su sobriedad, donde se gestó la historia de Irapuato.
Irapuato de Mis Recuerdos está conformado por:
- Maestra Marlen Jácome Martínez
- Lic. Avril Nava Zepeda
- Arq. Eduardo Garnica Magaña
- Lic.Jesús.Arévalo.Rosales
Fin del Primer Capítulo
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