IRAPUATO, Gto. Desde julio de 2022, Guanajuato adoptó la mentefactura para aplicarla de lleno en el campo, pues a partir de aquel ciclo agrícola se contó con un programa para que las parcelas de cultivos fueran regadas y fumigadas con drones; hoy, la aplicación de esa tecnología permitió que, pese a la sequía, varias hectáreas se lograran, pues sólo se usó poca agua, además de que fue usado menos fertilizante, tan escaso ahora por el conflicto entre Ucrania y Rusia.
Paulo Bañuelos Rosales, secretario de Desarrollo Agroalimentario y Rural de Guanajuato, dijo en entrevista con Organización Editorial Mexicana que entre junio y julio de 2022 se comenzó a utilizar en los campos del estado los drones, pues así lo acordaron con los productores del Distrito de Riego 011, para avanzar en la tecnificación de los procesos de producción de alimentos.
“Hasta entonces aún eran muy pocos los que la usaban, pero a partir de 2022 quisimos que la mentefactura también empiece a ayudar al campo y utilizamos drones, ya los usamos en más riegos y también para aplicación de fertilizantes e insecticidas”, dijo el secretario de Desarrollo Agroalimentario y Rural de Guanajuato.
Así funcionan los drones en el campo
Paulo Bañueños señaló que la brecha generacional no debe ser un factor para la implementación de esta tecnología e incluso dio a conocer que se firmó un convenio con el Conalep, para que los estudiantes de la carrera técnica de pilotaje de drones fueran quienes capacitaran a los productores en la utilización de estos aparatos.
El Secretario de Desarrollo Agroalimentario y Rural expuso que fue justamente en una Expo Agroalimentaria, en la de 2021, cuando fueron presentados estos drones para el uso agrícola.
“Dijimos ‘tenemos que utilizarlos’”, recordó y señaló que esa es la importancia de la Expo Agroalimentaria, “pues no sólo es que se logren estas exposiciones, sino aplicar lo que en éstas se presenta como innovación y el campo de Guanajuato busca ello”.
Refirió que las ventajas de usar drones en el campo van desde que se reduce la exposición a agentes químicos usados en fertilizantes e insecticidas, que en algunas personas han provocado enfermedades, hasta que las parcelas tendrán aplicación uniforme de insecticidas o fertilizantes.
“Las producciones podrán darse completas, las pérdidas serán mínimas y el campesino, incluso, reducirá las horas de trabajo y algunos, además de que reducirán mano de obra para la siembra, pero la van a ocupar para cuando se dé la cosecha, porque será más abundante”, comentó.
Aunado a ello, se darán ahorros de insumos y de agua, pues por ejemplo hay drones que pueden regar lo suficientemente bien las plantas con sólo 15 litros por hectárea, cuando anteriormente se usaban 200 litros.
➡ Suscríbete a nuestra edición digital
Además, el tiempo de trabajo se recorre, pues regar esa hectárea con 200 litros equivalía a dos horas, cuando en 10 minutos se puede aplicar todo el líquido.