Buscadoras piden empatía en conversatorio durante Feria del Libro en Irapuato

“No normalicemos la violencia, no nos la merecemos”, Buscadoras del Colectivo Hasta Encontrarte y la Brigada Independiente de búsqueda compartieron su sentir hacia las problemáticas de ser una mujer buscadora, desde el mismo dolor de la desaparición, hasta la estigmatización y normalización de la violencia en la sociedad.

Entre las actividades de la Feria del Libro de Irapuato, Karla Martínez, Bibiana Mendoza y Verónica Lara, abrieron su corazón ante las y los asistentes para invitarles a que sean más empáticos con su dolor, pero sobre todo con su misión que es encontrarlos a todos.

Como presentador del conversatorio estuvo presente Julio Borja, experto en seguridad y proximidad, quien a lo largo de los años se ha involucrado en esta labor de búsqueda y se encuentra en el receso de publicación de su segundo libro, este próximo inspirado precisamente en la labor de buscadoras, el cual se titulará Vientos de Cristal.

Buscadoras señalaron que necesitan que la sociedad entienda que su búsqueda es hecha desde el amor, que ese mismo amor ha permitido que den paz a 218 familias de las cuales han localizado a sus seres queridos.

“Necesitamos que la sociedad aunque no pase por la situación que pasamos, sean empáticas, necesitamos más empatía, por parte de la gente del Estado de Guanajuato, siempre he agradecido la valentía de gente que ha colaborado, que se han atrevido a hablarnos, a escribirnos porque así pudimos darle la paz a ya 218 familias de las que hemos localizado a sus seres queridos entonces, que se pongan en nuestros zapatos que si nos hemos convertido en buscadoras es por que no nos quedó otra opción”, comentó Karla Martínez quien es coordinadora de la Brigada de Búsqueda Independiente y busca a su hermano.

Otro de los mensajes a la sociedad en general fue el de no normalizar la violencia como el destino de nadie, y no estigmatizar a las personas que son víctimas de desaparición, pues muchas de ellas aún después de esto han sido re victimizadas por cuestiones de raza, clase y muchas otras.

“Esperamos que no normalicemos la violencia, que no aceptemos que este es nuestro destino, que no aceptemos esos comentarios que nos dicen que merecemos vivir todo lo que estamos viviendo, somos parte de una sociedad que no todos han tenido las mismas oportunidades y lo que no nos podemos permitir y pedimos como colectivo, es no estigmatizar, desgraciadamente la gente, las personas que desaparecen en nuestro país, en Irapuato y en Guanajuato es la gente estigmatizada, racializada, clasializada”, dijo Bibiana Mendoza.

Y es que explicó que el ejemplo perfecto de esto se encuentra en su misma plataforma oficial, donde una ficha de desaparición de las personas son más o menos compartidas según estos contextos.

“Si ven en las fichas por ejemplo a una mujer blanca, joven, sin tatuajes que estudiaba, el número de veces que se comparte es hasta 10 veces más que una mujer morena, con tatuajes, que tenía un consumo problemático, como seres humanos no podemos darle más valor a una persona que otra, todos somos seres humanos”.

La violencia y su normalización tienen distintos contextos explicó una de las representantes del colectivo Hasta Encontrarte, otra de ellas es cuidar de las juventudes e infancias, las que viven en situaciones poco favorables, en familias problemáticas, protegerlos de esta violencia.

“Hay que arropar a las infancias que hoy todavía están viviendo pobreza, familias problemáticas, porque si no los cuidamos nosotros, un día tal vez van a ser los perpetradores a los que vamos a estar señalando”.

Por su parte Verónica Lara añadió que necesitan que la gente se atreva a decir si tiene puntos para seguir buscando a sus hijos, hermanos, esposos u otros familiares, que respeten sus expresiones y manifestaciones que les sirven para comunicar su misión.

“Quiero pedir a la sociedad que sean empáticos con las familias, que sin nos ven buscando no nos hagan daño, muchas veces pasan y nos gritan cosas al vernos marchar, les pedimos que respeten nuestro dolor y espacios, porque el dolor está cada segundo y al salir a marchar sentimos que la gente nos va a escuchar y nos va a decir dónde están nuestros hijos”.

Encontraron la mejor terapia en la búsqueda y su hermandad

Buscadoras también hablaron de la batalla diaria contra las afectaciones en el ámbito psicológico, quienes hablaron en el conversatorio aceptaron que una terapia psicológica poco o nada les ha ayudado y al final han encontrado la mejor terapia en la búsqueda, y no solo eso, sino que también han encontrado el soporte entre ellas mismas, tomaron los pedazos que quedaron después del dolor y tejieron una red de contención muy fuerte, en la que existe unión y hermandad.

“La ansiedad es un problema que a todas nos ha invadido después de la pérdida de algún familiar es dejar de dormir, inclusive los primeros días que desaparecen, no queremos comer por que la pasamos pensando y preguntándonos si ellos ya comieron, si ellos están bien”, relató Karla Martínez, que dijo que después de que se llevaron a su hermano ha vivido momentos de ansiedad intensa, sin embargo al salir a caminar a un campo , buscar e incluso hacer hallazgos le ha ayudado a encontrarse también ella.

“Esta unión y esta hermandad, de pronto vernos en alguna reunión, de platicarnos, de preguntarnos entre nosotras como estamos, el desahogarnos entre nosotras, es por eso que nos denominamos como una familia, el colectivo es una familia”.

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Buscadoras piden apoyo para localizar puntos de búsqueda de fosas

Todas pasaron por situaciones en las que psicólogos les dijeron que “cerraran ciclos” que “siguieran adelante”, lo cual les ha ocasionado enojo, pues para ellas es inconcebible el dejar atrás a otra vida, el olvidarse de que sus familiares fueron víctimas de desaparición y solo seguir adelante como si nada hubiera sucedido.

“Si alguien es psicólogo, no nos digan que cerremos ciclos, eso es terrible, los desaparecidos no son un ciclo, los desaparecidos hay que buscarlos y no nos critiquen, porque vecinas nos han dicho, ‘ya no busques a tu hermano, te van a levantar, te van a matar’, señaló Bibiana Mendoza quien también contó que desde su niñez creció en la colonia Ucopi, también vivió en una comunidad llamada Refugio de Munguía, donde aprendió de su madre que la familia era siempre lo más valioso, que el amor era algo invaluable, que a pesar de la pobreza en la que relató tuvo que crecer, fue feliz al lado de sus tres hermanos y su mamá, eso fue lo que hoy ella tomó para sacar fuerza de donde no la había para buscar a su hermano.

“Cuando desaparecen a mi hermano ya estando grande, a mi me quitan lo más valioso, la inocencia, que tanto trabajo me costó conservar, se llevaron la parte más bonita de mi vida y que me dieron a cambio, noches en las que si veo que algún auto se estaciona afuera de mi casa pienso que van a llegar a levantarme como lo hicieron con él, a mi me quitaron todo, hoy tengo dos hijos y lo único que les quiero heredar es lo que a mi me enseñó mi madre y mis hermanos, si uno como ser humano no sirve para amar y defender a su familia, no sirve para nada”.

Lo que buscadoras han tenido que pasar les ha dado la oportunidad de crear la ley de personas desaparecidas, crear protocolos para que las personas no sigan desapareciendo, dar pláticas en escuelas, y muchas cosas más.

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Madres buscadoras piden a candidatos veracidad en compromisos

Verónica también ha sufrido mucho desde 2017 cuando su primer hijo fue asesinado, pero dos años después otro de sus hijos fue desaparecido, al ver a sus demás hijos y ahora a sus nietos, ha tomado la fuerza para continuar sacándolos adelante, y seguir buscando a su hijo.

“Uno quiere ser fuerte para los que están aún y para seguir buscando, ir al psicólogo para mi no sirve, trate de ir, y yo le dije que me dijera como quitarme este dolor por que quiero continuar hasta encontrarlo pero no hay un medicamento que te pueda curar este dolor”.

Buscadoras cerraron su diálogo invitando a la sociedad a mostrar empatía y apoyo pues desde compartir las fichas de sus desaparecidos, hasta ofrecerles una sonrisa en medio de una manifestación se convierte en una herramienta que usan para seguir adelante y cumplir su misión hasta encontrarlos.