Gladys Miranda, una mujer activista que a través de su fundación busca ayudar a las personas que han sido diagnosticadas con algún tipo de cáncer, continúa en este proyecto, esto sin limitarse a hacerlo solo en Irapuato, ya que durante parte de junio y de julio, no dudó en ayudar a dos personas originarias de Michoacán, que al no encontrar tratamiento en su ciudad, recurrieron a venir hasta el municipio en busca de ayuda.
La señora Blanca Estela Villa, acompañada de su madre, contaron que se enteraron de su padecimiento después de que empezara a sufrir fuertes dolores de estómago, una situación en la que ningún médico descubrió lo que tenía, hasta que se sometió a una cirugía y fue cuando descubrieron su cáncer.
“Me lo diagnosticaron a principios de este año, pero mi malestar comenzó desde mayo de 2023, sufría de fuertes dolores estomacales y lamentablemente no sabía lo que me estaba pasando, pero a finales de diciembre fue cuando me pidieron un estudio en donde me dijeron que posiblemente tenía cáncer”.
Compartió que al no haberse hecho los estudios médicos anuales fue lo que le provocó enterarse de su padecimiento tiempo después, por ello invitó a la gente a no dejar para después su salud.
“Como mujeres no nos hacemos los estudios a tiempo, yo dejé pasar mi último estudio de Papanicolau llevaba seis años sin cuidarme y estos son los resultados; todavía tengo que estar en tratamiento pero voy muy bien”.
Aconsejó a las mujeres que acaban de recibir su diagnóstico que no lo vean como su sentencia de muerte, ya que tiene cura si es atendido a tiempo, y que si bien es una enfermedad agresiva y en su mayoría triste, a ella le ayudó a reconocer su valor como persona.
“Si les llega a salir positivo el diagnóstico, no se acaba el mundo, la vida sigue, si se van a entristecer los primeros días, pero deben motivarse para salir adelante con las ganas de vivir, yo era una persona que no me quería mucho y esta enfermedad me ayudó a darme cuenta de lo que valgo y quien soy, a veces las cosas malas son para algo bueno”.
Mencionó que gracias a la red de apoyo con la que contó durante su trayectoria de la enfermedad no sufrió ni mental ni físicamente, debido a que no sufrió de vómito, diarrea y otras sintomatologías relacionadas al tratamiento para el cáncer.
“Recibí 25 radiaciones, después de un mes y ocho días de estar fuera de nuestra casa, y me da mucho gusto regresar con buenas noticias, el proceso no fue tan difícil para mí, tuve la dicha de estar acompañada por mi mamá, además de que no tuve casi ningún síntoma común”.
María Trinidad Villa Martínez, la madre de Blanca Estela, aseguró que en todo momento recibieron un trato excelente por parte de Gladys y que siempre estuvo al pendiente de ellas.
“Desde que llegamos a Irapuato nos han tratado de maravilla, todo se fue acomodando y fue como si cayera del cielo, desde la primera cita nos ayudó, siempre pendiente de nosotras de inicio a fin”.
Por su parte, Gladys Miranda, dio a conocer que su asociación se va expandiendo cada vez más, algo que ha permitido ayudar a más personas, no solo irapuatenses.
“Son redes de apoyo que se van extendiendo, pero me alegro bastante que la asociación se vaya expandiendo y esperamos que esto siga así para que más pacientes sean atendidos a tiempo y que puedan tocar la campanita, como un paso más”.
Resaltó la importancia de poner como prioridad la salud y añadió que las fronteras en el municipio no existen.
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“No lo dejen para mañana, el diagnóstico temprano es importantísimo, ellas acudieron a realizarse la mastografía en el Hospital General y las recibieron sin importar que vinieran desde Michoacán, no tenemos fronteras”.