En sólo cuatro meses se ha sextuplicado la presencia de migrantes centroamericanos en Irapuato.
Carlos Martell es uno de esos migrantes que han llegado a Irapuato. Él salió hace un mes y medio de Honduras, país que abandonó junto con su pequeña hija Amira, de apenas un año, después de que asesinaran a su esposa los de la “Mara” por no pagarles lo que le pedían: le pedían 20 mil dólares a él que apenas si ganaba lo equivalente a 900 pesos mexicanos como mecánico en un taller automotriz.
Sí se ha visto una mayor presencia de migrantes en Irapuato, estamos al tanto de ellos, sobre todo porque viene época de lluvias, para poder invitarlos a los refugios temporales y no duerman a la intemperie
Juan Segoviano Tovar / Director de Protección Civil de Irapuato
“La gente está muriendo en Honduras, Honduras se va a quedar solo porque nos estamos saliendo, mataron a mi esposa, mis hermano fue asesinado hace tres años, la violencia está muy difícil, yo voy para Estados Unidos a reunirme con mis hermanos, pero dicen que está muy difícil allá; si no llego al norte, me quedo a trabajar en México, pero a Honduras yo no vuelvo”, dice el hombre, quien ha pasado hasta tres días sin comer para poder comprarle a su hija leche y pañales suficientes para el trayecto.
Oleada migrante
Juan Segoviano Tovar, director de Protección Civil de Irapuato, dijo que anteriormente se podían ver grupos máximos de hasta 50 migrantes, sobre todo debajo del puente Siglo XXI; sin embargo, ahora en 2019 han encontrado grupos de hasta 300 migrantes y que están en las vías del ferrocarril por la Bimbo o bien debajo del también llamado “puente de la Coca”.
Pero no sólo eso: otro ejemplo de que ha aumentado el flujo migratorio de centroamericanos por Irapuato es la Casa del Migrante San Juan de Dios, lugar que puede albergar hasta a 50 personas, pero que ha llegado a recibir hasta a 150 personas en un sólo día. Esa vivienda de apenas dos pisos ubicada en la colonia La Pradera ha resultado insuficiente ya para la atención que brindan, como también han quedado cortos los donativos que reciben, pues es mucha gente a la que hay que alimentar, vestir y apoyarle con un techo mientras hacen escala en el municipio.
El propio presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció el pasado sábado en Veracruz que ha aumentado en un 50% la llegada de migrantes centroamericanos, debido a una crisis social que se vive en países como Honduras.
Se duplican las deportaciones
De acuerdo con el Instituto Nacional de Migración, desde Guanajuato han aumentado al doble las deportaciones de migrantes centroamericanos. De enero a abril fueron deportados dos mil 500 migrantes, cuando en el mismo periodo apenas iban mil 200 los que fueron regresados a sus países, como Honduras, Guatemala o El Salvador, y la mayoría ha sido por voluntad propia, porque el trayecto hacia Estados Unidos es pesado, pero aún así hay quienes continúan.
“Es muy difícil ser migrante y pasar por México, te asaltan, te golpean, te maltratan, pero es más difícil vivir en el infierno de Honduras, prefiero morir en busca de un mejor futuro, que vivir en un presente donde a pesar de estar vivo, lo que quisieras es estar muerto para sufrir menos”, dice Eusebio Talamantes, un migrante centroamericano que ha sido deportado en tres ocasiones y va por su cuarto intento para llegar a Estados Unidos.