Son muchas las personas que se han sumado a apoyar a las miles de personas migrantes que han llegado a Irapuato. Es el caso de Paulo Ortega García, un joven barbero que no dudó en sumarse a la asociación “Amigos del Tren México” para ayudar a que los migrantes vuelvan a sentirse valiosos.
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“Tengo aproximadamente cinco años aquí con ellos y mi meta es ayudar a los migrantes, dándoles una motivación con hacerles cortes de cabello digno, es muy importante la imagen física, ya que esto les ayuda a sentirse que todavía valen como personas”, relató en entrevista.
Comentó que al ver en los periódicos y en las redes sociales que esta asociación solicitaba voluntarios para cortarles el cabello a las y los migrantes, fue inmediatamente a postularse, pensando que muchos más profesionistas irían, pero al llegar se percató que era el único y se decepcionó.
“La asociación estuvo publicando en Facebook y en el periódico que necesitaban ayuda con barberos, somos muchos colegas barberos en Irapuato y a veces la ambición no los deja apoyar, sin obtener algo a cambio; me puse triste al ver que solo asistí yo, pero ahora ya no necesitamos más gente, ya que los mismos migrantes se unen a ayudar, lo único que nos estaría faltando son máquinas y ya le pedimos ayuda al gobierno”.
Contó que presta sus servicios durante seis horas al día, para después continuar con su negocio personal.
“Yo tengo academias de estética en Salamanca y en Irapuato, pero preferí dejarlas cerradas mientras vengo a ayudar, de 10:00 de la mañana hasta las 4:00 de la tarde y ya después de esa hora yo sigo con mi negocio”, contó.
Aseguró que él tenía la misma meta de irse a vivir a los Estados Unidos, pero al pasar un mes allá se dio cuenta de que el sueño americano es realmente difícil de realizar por la misma gente que lo discriminaba.
“Sólo duré un mes porque sufrí mucho de discriminación y mejor me regresé a México, porque como nuestro país no hay dos, por eso a veces aprovecho y les menciono lo que yo viví, les digo que el haber llegado hasta aquí ya es una enorme ganancia, nada más que a ellos les venden una idea errónea de lo que es el sueño americano, de que se gana mucho dinero, pero como se gana también se gasta.
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“Si nos pusiéramos a pensar que podemos ayudar a las personas, sin necesidad de dar algo económico, el que no sirve para ayudar no sirve para vivir, hay que ayudar con el corazón sin esperar nada a cambio, ese es mi lema”.