La situación en la que viven miles de personas que les obliga a migrar de sus países de origen puede llegar a ser una experiencia llena de amargos momentos, de carencias y de mucho miedo, es por eso que la asociación Amigos del Tren México fue fundada para poder ser un auténtico respiro, al dotarles de alimento, agua, regaderas, baños y atención médica sin ningún costo. Así lo explicó Yerko Zegarra, uno de los encargados de Amigos del Tren México en Irapuato. Explicó que la asociación fue fundada por Marcelo González, un extranjero que observó a los migrantes y la realidad en la que viven y que decidió ayudarlos, brindándoles apoyo con lo que contaba en ese momento; agregó que en la actualidad son 10 personas las que laboran en la institución de manera voluntaria y que muchas de ellas son de distintos países.

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“Esta asociación fue fundada por Marcelo González, un boliviano hace un poco más de 10 años, salió a las vías para preguntar qué era lo que pasaba y se quedó aquí en Irapuato para brindarle ayuda al migrante; lo primero que hizo fue vaciar su refrigerador y su ropero y desde ahí trabajo para ayudar de una mejor forma.

“Actualmente somos 10 voluntarios, cinco extranjeros y cinco nacionales, quienes estamos trabajando. Gracias a que se unieron al equipo dos podólogos de origen australiano, quienes se dedican a darles atención a los pies de los migrantes, desde curar lesiones, retiro de uñas, todo lo que tenga que ver con los pies”.

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Yerko Zegarra explicó que el servicio que están brindando es de siete regaderas, siete inodoros, aparte de que se les da de comer se les dota de ropa cuando la reciben donada y también les dan atención médica primaria, donde estamos dándoles los medicamentos y remedios que también son donados.

Por ello, solicitó el apoyo de la ciudadanía irapuatense, ya que afirmó que su labor es muy complicada, porque nunca alcanzará o será suficiente, sobre todo ante la gran cantidad de personas que están viniendo al país.

“Puedo asegurar que la gente no ha vivido el hecho de que sus hijos duerman con dolor de estómago por hambre, porque si no lo recordarían y esta es una realidad que viven diariamente estas personas; no me imagino qué es vivir eso, pero sí invito a que los irapuatenses sean más empáticos”.

Han recibido insultos por apoyar

Comentó que han sido ya varias veces que han recibido insultos por mucha gente por la noble labor que realizan, ya que algunas personas creen que lo que hacen incita a que más gente venga como indocumentado a la ciudad, por lo que hizo un llamado a la población a que mejor se sume para que la ciudad de Irapuato llegue a convertirse en un lugar para que se puedan refugiar.

“Nos han venido a insultar, nos han dicho que estamos fomentando que esta gente venga y que se quede, en vez de decir que se quieren sumar y que Irapuato se convierta en un lugar para dar refugio y dignidad a estas personas.

“La primera pregunta que nos hacen es si los tratamos bien, ellos querrán quedarse aquí, pero ese no es su plan, ellos sólo quieren pasar y el momento en que estén aquí, queremos que tengan un trato digno, porque todo esto se trata de darles un poquito de esperanza”.

No hay comida ni ropa que alcance

Yerko Zegarra mencionó que hay muchas cosas que son necesarias en cuestión de alimentos y que estarían muy agradecidos si se hicieran las donaciones.

“Lo que necesitamos que nos donen es ropa, de comida nos ayudaría bastante arroz, frijoles, aceite, café, fideo; servilletas, charolas, cucharas soperas, vasos para café y botellas de agua.

“Este trabajo trata de servir sin esperar nada a cambio y nosotros le tenemos mucha fe a Irapuato, y que es una ciudad que se preocupa por quienes lo necesitan; lo que he aprendido de México es que ni a tu peor enemigo le niegas un taco y un vaso de agua y hay que ponerlo en práctica”.

Isaac, uno de los jóvenes voluntarios de esta asociación, se encuentra encargado de la cocina, contó cuántos kilos de comida se hacen diariamente y añadió que se hace lo posible para que se acabe para evitar que se desperdicie.

“Todos los días cocinamos frijol, lenteja, variando la cantidad de personas, pero en un aproximado es de 50 kilos y lo máximo que hemos hecho es de 70 kilos, más otros 70 kilos de arroz y a veces lo complementamos con papa y otras verduras y también hacemos 100 litros de café, con un kilo de grano de café y cinco kilos de azúcar”.

Añadió los horarios de atención y para recibir las donaciones que la gente les dé y también los días en los que permanece cerrado.

“Nosotros llegamos a las ocho de la mañana para comenzar a cocinar, para que esté listo para servir hasta las tres de la tarde, el horario que manejamos para darles atención y servicios son de 10 de la mañana a las seis de la tarde y nosotros nos vamos como hasta las nueve de la noche, después de terminar con la limpieza y los preparativos para el día siguiente y permanecemos cerrados los fines de semana”.