Euclide Longo, un hombre venezolano que junto a su esposa e hija presuntamente fueron víctimas de violencia por parte de las autoridades de migración y de la Guardia Nacional, aseguró que les confiscaron sus documentos y sus celulares, lo que provocó que perdieran la cita de la CBP One, la cual esperaban desde hace 20 días y con la cual esperaban solicitar asilo.
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El lunes pasado, un grupo de migrantes se enfrentó a una experiencia aterradora, mientras viajaban en el tren “Bolichero” rumbo al norte del país y lo que comenzó como una travesía en busca de un mejor futuro, se convirtió en una pesadilla de violencia y abuso.
Lilia Sánchez, responsable del área de comunicación de la asociación Amigos del Tren México, narró que el tren partió a las cinco de la tarde, dejando atrás el espacio que los resguardó por días.
"Dejaron aquí las carpas y todo se subieron todos al tren, pero algo cambió esa noche, se nos hizo muy extraño que se fueran, ya que todas estas personas duraron meses aquí esperando su cita".
A las nueve de la noche el tren hizo una parada inesperada en el municipio de Silao, en el Puerto Interior, ahí la Guardia Nacional y el Instituto Nacional de Migración (INM) ya los esperaban.
La situación rápidamente escaló cuando los agentes comenzaron a abordar el tren, lo que generó pánico entre los pasajeros.
Euclide Longo, una de las personas que presuntamente fueron golpeadas, contó que la Guardia Nacional estando armada, intimidó y golpeó a los migrantes.
"Hubo disparos al aire y la gente se asustó mucho, a mí me golpearon demasiado, me patearon en la cara, con linternas me golpearon la cabeza y me amedrentaron con sus armas", así lo mencionó mientras mostró las heridas en su cabeza.
Después de presuntamente ser obligados a bajar del tren, los migrantes fueron subidos a un autobús con destino a Villahermosa; muchos, temiendo ser deportados, suplicaron que los dejaran bajar.
"Nos bajaron en Celaya, pero nos dijeron que quienes se bajaran les quitarían todo, a nosotros nos quitaron nuestros documentos y teléfonos; caminamos durante cuatro o cinco horas hasta regresar a Irapuato", relató.
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Actualmente, Euclide Longa, su esposa y su bebé se encuentran indocumentados, sin identidad y con pocas esperanzas de que su situación mejore, ya que han perdido la oportunidad de conseguir su cita, al igual que cientos de migrantes que tuvieron la misma experiencia.