GUANAJUATO, Gto.- Con la presencia del gobernador del estado, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo se abrieron las compuertas de la presa de la Olla para continuar con la añeja tradición de ver este espectáculo que disfrutaron los y las capitalinas y visitantes que se encuentran en esta ciudad.
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En esta ocasión, el mandatario guanajuatense fue acompañado por varios de sus secretarios de Gabinete y por el Presidente Municipal de Guanajuato, Alejandro Navarro Saldaña, además del legislador local Víctor Manuel Zanella Huerta, la diputada local Margarita Rionda Salas y el diputado federal Juan Carlos Romero Hicks.
Al agitar el pañuelo blanco, el Ejecutivo Estatal dio indicaciones para que se levantaran las compuertas, exactamente a la una de la tarde, ante el regocijo de la multitud que se congregó en los alrededores del embalse, al momento en que la Banda de Música del Estado de Guanajuato, dirigida por el maestro Adalberto de Jesús Tovar Gómez, tocaba el vals sobre las olas del compositor Juventino Rosas.
Luego de la tradicional apertura, los asistentes disfrutaron de la también tradicional verbena popular y continuaron con la diversión y convivencia familiar en los alrededores de la Presa de La Olla con la vendimia y los juegos mecánicos.
El Gobernador convivió con los guanajuatenses y compartió sus tradiciones donde muchos de los asistentes se tomaron fotos con el Mandatario y compartieron antojitos como churros, semillas y las tradicionales guacamayas de la capital del estado.
La Apertura de la Presa de La Olla, surge en el siglo XVII y año tras año, se ha realizado, hasta ser parte de las tradiciones locales.
El 24 de junio de 2013, fue declarada Patrimonio Cultural Intangible del Estado de Guanajuato, junto con la festividad de San Ignacio de Loyola, patrono de la Ciudad, cada 31 de julio.
Las altas temperaturas hicieron que muchos de los asistentes se protegieran con sombrillas de los intensos rayos del Sol.
Hay que mencionar que gran cantidad de personas tuvieron que caminar desde el parque de Embajadoras hasta la presa de la Olla, porque hubo muy pocas unidades de transporte público y los que cubrieron la ruta iban prácticamente llenos, dejando a gran cantidad de capitalinos a la espera de otra unidad que los transportara a la presa.