Llegó la hora. El estadio Sergio León Chávez está listo para albergar nuevamente a una de las aficiones más nobles, más aguerridas y orgullosas del fútbol, la de Irapuato, esto a un año de haber cerrado sus puertas debido a la pandemia de Covid-19; sin embargo, ahora mostrará a sus aficionados su nueva cara que le permitirá en un tiempo no muy lejano poder luchar por ser una sede avalada por la Federación Mexicana de Futbol para recibir partidos de las ligas mayores.
Así fue la remodelación del Sergio León Chávez
*Embutacado
*Vestidores jugadores
*Vestidos para árbitros
*Áreas comunes
*Recepción
*Sala de prensa
*Sala antidoping
*Nivelación de empastado
*Iluminación con tecnología de nueva generación
*Ampliación de pasillos
*Sanitarios para aficionados
*Techumbre
*Bancas
El estadio Sergio León Chávez puede presumir, además, que hace 18 años su afición, esa que está a punto de volver a las gradas el próximo miércoles, le liberó tras prácticamente haber estado secuestrado y que ese episodio mostró a nivel nacional e internacional que sus aficionados le son leales, pese a todo.
El histórico Coloso de la Guerrero
Un 21 de enero de 1968, el arquitecto Manuel Ortega Barroeta y el entonces presidente del Club Irapuato inspeccionaban el terreno donde estaba siendo construido el segundo estadio de futbol que tendría esa ciudad. Ninguno de los dos se imaginaba en ese entonces que un día ese inmueble tendría no sólo tanto arraigo en la ciudad, sino que sería escenario de momentos históricos del futbol nacional, como aquella defensa que hizo la afición de su estadio.
El cesped del Sergio León Chávez fue pisado en dos ocasiones por Edson Arantes Do Nascimento, “Pelé”, en 1970, en sendos partidos de preparación que tuvo la selección de Brasil, días antes de iniciar el Mundial de México de 1970; fue escenario en donde pitó la primera árbitra del futbol mexicano, Virginia Tovar, en un duelo Irapuato contra América, pero quizá la historia más gloriosa del “Coloso de la Guerrero” fue cuando su afición lo rescató de quienes se querían apropiar de él a la mala.
Dos veces mundialista
*Mundial Juvenil de 1983
*Mundial México 1986
Hace 18 años, previo a la final de ascenso de ese año, hubo varios rumores que indicaban una presunta venta de la Trinca Fresera al dueño del equipo que enfrentaba en dicha final, el Club León, y donde la versión indicaba que jugadores freseros sólo saldrían a pelotear, pues ya había un arreglo.
Los rumores calentaron los ánimos de la afición, pues aún estaba reciente el recuerdo de la mudanza de la anterior franquicia hacia Veracruz. Todo comenzó a subir de tono cuando se dio a conocer que hombres del equipo León habían tomado el estadio de Irapuato.
La noticia se propagó y, rápidamente, los aficionados encabezados por la porra “Los Hijos de la Mermelada”, se dieron cita a temprana hora en la avenida Guerrero, ahí comenzó a planearse la estrategia para liberar al estadio Sergio León Chávez.
La defensa del estadio
El primer intentó de ingresar al estadio se registró en la puerta uno la tarde del 18 de junio. Ese día los aficionados golpearon el barandal y lograron captar la atención de los hombres que tenían tomado al estadio, sin embargo, no lograron ingresar.
Sin embargo, fue el 19 de junio de 2003 cuando la noticia se difundió a mayor escala en los medios de comunicación local, sumando con ello a un número mayor de aficionados, atraídos a su vez, por la supuesta venta de boletos para el partido de la final de ascenso.
Estadio con historia
En el estadio Sergio León Chávez hizo su debut la primera árbitra en participar en un partido de Primera División, Virginia Tovar, el 22 de febrro de 2004.
Esta noticia fue parte de la estrategia que la porra utilizó para hacer crecer el número de aficionados en el lugar; por su parte, el Gobierno Municipal, encabezado en ese entonces por el alcalde Ricardo Ortiz Gutiérrez, propagó la noticia sobre la venta de boletaje en diferentes sedes, para disuadir a la afición y disminuir riesgo de conatos, pues adentro seguían los hombres armados y los cuales ya lucían nerviosos y en alerta ante el número de aficionados que esperaba noticias afuera del inmueble.
Las horas transcurrían, todo en medio de la incertidumbre y negociaciones entre los ayuntamientos de Irapuato y León con los directivos de ambos equipos, en la búsqueda de llegar a un arreglo favorable; sin embargo, de pronto el diálogo se rompió y los representantes de ambos gobiernos abandonaron la reunión, que se llevó a cabo en Silao.
Ante la imprecisión de la sede de la final de ascenso, fueron “Los Hijos de la Mermelada” tomaron la batuta, se reorganizaron y vigilados por elementos de la Policía Municipal decidieron rescatar su estadio.
La primera intervención se realizó fuera de los reflectores, Daniel, un cerrajero de confianza y dos de sus ayudantes, ingresaron al estadio por la antigua parada de camiones, a un costado del altar a la Virgen de Guadalupe, para romper los candados, retirar rejas de acceso y esperar la señal para ir en busca de los secuestradores del estadio.
En ese momento, un helicóptero rondó el estadio Sergio León Chávez y tenía la intención de aterrizar en el cesped para suministrar de más armamento a los hombres que ahí estaban; sin embargo, esa fue la señal que esperaban más de mil aficionados, quienes, enardecidos, a empujones y patadas, lograron abrir la puerta seis del estadio e ingresaron en busca de los responsables.
El Dato...
El estadio Sergio León Chávez sólo podrá recibir a 30% de su aforo, es decir, siete mil aficionados este miércoles.
Al verse acorralados, los sujetos que supuestamente eran enviados por el empresario Carlos Ahumada intentaron escapar por la puerta trasera del Sergio León, a bordo de una camioneta Van, realizando disparos al aire para contener a la afición.
Detrás de ellos, corrían decenas de hombres que vestían la playera del Irapuato, uniformes escolares, de empresas o con ropa de civil, algunos portaban máscaras, la más conocida fue la de Blue Demon, utilizada por un aficionado que cargaba consigo un arma de diábolos descargada.
Los hombres que mantuvieron el control del estadio lograron escapar y la afición recuperó su estadio, donde dos días después, la tarde del 21 de junio del 2003, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad, el Club Irapuato obtuvo su pase al máximo circuito del futbol mexicano.
El otro rescate
A 18 años de esa gesta de la afición fresera, se da un nuevo rescate del estadio Sergio León Chávez y donde de nueva cuenta aparece Ricardo Ortiz Gutiérrez a escena; sin embargo, este rescate es para dar una imagen digna al “Coloso de la Guerrero”, pues pasó el tiempo, se deterioró y llegó a ser hasta inseguro para su afición; no obstante, hoy luce diferente y listo para albergar a un equipo de primera división, si las condiciones así lo permiten.
Entre las mejoras se encuentra la colocación de nuevo alumbrado, instalación de nuevo drenaje, empastado, remodelación de vestidores para jugadores, remodelación de vestidores árbitros y árbitras, rehabilitación de la sala de prensa, la colocación de baños más dignos para aficionados, mejora de los pasillos, zona para personas en silla de rueda y embutacado, esto como parte del cuadernillo de cargos que exige la Federación Mexicana de Futbol para ser sede de encuentros de la Liga MX y Liga de Expansión.
Además, hay en ciernes todo el proyecto para rehabilitar el exterior del estadio Sergio León Chávez y estar a la altura de su historia.
Con esta modernización, el estadio aguarda la hora de despertar y albergar a una de las aficiones más nobles y aguerridas del fútbol mexicano y que espera la hora de que el estadio Sergio León Chávez vuelva a ser esa aduana peligrosa del futbol profesional y donde los rivales temían entrar, tanto por la garra del equipo, pero más por el respeto que la afición les imponía.
Por lo pronto, el miércoles podrá recibir a siete mil aficionados, que es a lo que equivale el 30% de su aforo permitido, de acuerdo con las autoridades.