/ domingo 10 de septiembre de 2023

Aborto nunca será opción moral ni legítima: Obispo de Irapuato

Enrique Díaz Díaz dijo que se deben encontrar otros caminos que permitan no ejercer violencia contra las mujeres, antes que exacerbarla

Enrique Díaz Díaz, obispo de la Diócesis de Irapuato, aseguró que el aborto provocado “nunca será una opción moral ni legítima” y se unió al lamento que hizo la Conferencia del Episcopado Mexicano respecto la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de considerar inconstitucional la penalización de los abortos.

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En su rueda de prensa dominical, el obispo de la Diócesis de Irapuato dijo que la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación no abona para la construcción de sociedades de paz en el país.

Lamentable que en estos tiempos de violencia y lacerante en el país, desde esta instancia suprema que debería de velar por la justica, el derecho y paz social se contribuya a polarizar a la sociedad a infringir otras facturas en el tejido social”, refirió.

Te Recomendamos: Piden activistas reformar leyes que penalizan aborto

Además, agregó que la sentencia del amparo promovido por el Grupo de Información Reproducción Elegida no significa que los Congresos estatales deban volcarse a la despenalización del aborto.

Eso no constituye una declaración general de invalidez de los artículos que prohíben el aborto en el Código Penal Federal, porque siguen vigentes para el resto de la población, ni representa tampoco una obligación para los Congresos locales para despenalizar el aborto en sus códigos penales.


La Iglesia se opone a que se quiera despenalizar el aborto.


“Sin embargo, sí vuelve evidente una realidad social que debemos entender como pastores y atender con la debida diligencia, junto al esfuerzo por velar el bien de la dignidad amenazada de la persona, pues afirmamos que la violencia sistemática ejercida en contra de las mujeres es deplorable y debe de ser excluida de nuestra cultura, creando normas y leyes que para tal efecto sea verdaderamente justas”, manifestó el obispo de la Diócesis de Irapuato.

Enrique Díaz Díaz consideró que es momento de una reflexión más profunda, para que esto no sea una legislación por moda, sino que antes que ello se adopten políticas públicas que permitan que las mujeres no tengan embarazos no deseados, antes que pensar en atentar en contra de ellas o en contra de vidas humanas desde la concepción.

“Nos oponemos a cualquier forma de violencia en contra de las mujeres, la legalización del aborto desgasta los cimientos del Estado de Derecho, distorsionando el concepto y la práctica de los derechos humanos, con lo cual se mina el bien común. Toda la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural, es digna, independientemente de sus condiciones y eventualidades.




“(…) La violencia y la discriminación no se combaten con más violencia y discriminación, una sociedad que acoge la vida, debe de cuidar todas las vidas, de la mujer y la persona humana naciente, su protección debe de ser procurada por el estado y las instituciones de la sociedad civil, empezando por los menos favorecidos, esto requiere de un auxilio solidario, subsidiario a las familias, madre solteras, niñas, niños, huérfanos, una educación afectiva sexual integral y la búsqueda de ejercicio de paternidad responsable”.


Enrique Díaz Díaz, obispo de la Diócesis de Irapuato, aseguró que el aborto provocado “nunca será una opción moral ni legítima” y se unió al lamento que hizo la Conferencia del Episcopado Mexicano respecto la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de considerar inconstitucional la penalización de los abortos.

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En su rueda de prensa dominical, el obispo de la Diócesis de Irapuato dijo que la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación no abona para la construcción de sociedades de paz en el país.

Lamentable que en estos tiempos de violencia y lacerante en el país, desde esta instancia suprema que debería de velar por la justica, el derecho y paz social se contribuya a polarizar a la sociedad a infringir otras facturas en el tejido social”, refirió.

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Además, agregó que la sentencia del amparo promovido por el Grupo de Información Reproducción Elegida no significa que los Congresos estatales deban volcarse a la despenalización del aborto.

Eso no constituye una declaración general de invalidez de los artículos que prohíben el aborto en el Código Penal Federal, porque siguen vigentes para el resto de la población, ni representa tampoco una obligación para los Congresos locales para despenalizar el aborto en sus códigos penales.


La Iglesia se opone a que se quiera despenalizar el aborto.


“Sin embargo, sí vuelve evidente una realidad social que debemos entender como pastores y atender con la debida diligencia, junto al esfuerzo por velar el bien de la dignidad amenazada de la persona, pues afirmamos que la violencia sistemática ejercida en contra de las mujeres es deplorable y debe de ser excluida de nuestra cultura, creando normas y leyes que para tal efecto sea verdaderamente justas”, manifestó el obispo de la Diócesis de Irapuato.

Enrique Díaz Díaz consideró que es momento de una reflexión más profunda, para que esto no sea una legislación por moda, sino que antes que ello se adopten políticas públicas que permitan que las mujeres no tengan embarazos no deseados, antes que pensar en atentar en contra de ellas o en contra de vidas humanas desde la concepción.

“Nos oponemos a cualquier forma de violencia en contra de las mujeres, la legalización del aborto desgasta los cimientos del Estado de Derecho, distorsionando el concepto y la práctica de los derechos humanos, con lo cual se mina el bien común. Toda la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural, es digna, independientemente de sus condiciones y eventualidades.




“(…) La violencia y la discriminación no se combaten con más violencia y discriminación, una sociedad que acoge la vida, debe de cuidar todas las vidas, de la mujer y la persona humana naciente, su protección debe de ser procurada por el estado y las instituciones de la sociedad civil, empezando por los menos favorecidos, esto requiere de un auxilio solidario, subsidiario a las familias, madre solteras, niñas, niños, huérfanos, una educación afectiva sexual integral y la búsqueda de ejercicio de paternidad responsable”.


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