A 87 años del asesinato del cura Martín Lawers

Hace 87 años el cura fue apuñalado en plena misa en Irapuato, hecho que le provocó la muerte, pero también la de su agresor, este al ser linchado por los feligreses.

Karla Aguilera | El Sol de Irapuato

  · miércoles 19 de febrero de 2020

Martín Lawers murió a los 52 años, después de ser apuñalado mientras ofrecía misa. / Fotos: Marco Bedolla | El Sol de Irapuato.

Tal vez pocos lo saben, pero hace 87 años un cura fue apuñalado en plena misa en Irapuato, hecho que le provocó la muerte, pero también la de su agresor, este al ser linchado por los feligreses que presenciaban la misa.

El Dato...

Mientras ofrecía la misa de las seis de la mañana fue apuñalado más de una vez y le provocó la muerte.

Este cura era Martín Lawers, quien nació en noviembre de 1881 en Irapuato y desde niño dedicó su vida a la iglesia católica; al recibirse como sacerdote, pasó difíciles momentos durante la Guerra Cristera en 1927, pues vivió la persecución y se ocultó durante años en Estados Unidos, e incluso mantuvo en secreto una pequeña capilla en su hogar, el cual está junto a la actual Casa de la Cultura, sitio donde ofrecía misa en secreto.


El asesino del cura, Luis García, fue linchado por los feligreses que presenciaron la escena de horror en la parroquia.


Sin embargo, un 19 de febrero de 1933, era domingo y los irapuatenses acostumbraban a acudir a la misa de las seis de la mañana en la Catedral de Irapuato, antes llamada Parroquia del Centro, la cual era ofrecida por el cura Martin Lawers.

Durante la misa, un hombre extraño y de aspecto descuidado se acercó decidido al padre, este se le abalanzó y lo apuñaló más de una vez.


En el atrio del templo de la Soledad hay una placa en memoria del cura Martín Lawers.


La gente que presenciaba la escena de horror gritó y lloró, pero también se inundó de enojo y tomó a aquel hombre desconocido, los feligreses lo sacaron de la parroquia, lo golpearon hasta dejarlo en la agonía, su nombre era Luis García quien, de acuerdo con las investigaciones de ese entonces, era originario de Guadalajara, Jalisco, y debido a la gravedad de sus heridas, nunca tuvo la oportunidad de declarar la razón del asesinato que cometió.

Mientras tanto, el padre Martín Lawers agonizó en su hogar durante poco más de 20 horas, y falleció a la edad de 52 años, ese día Irapuato estaba de luto, pues nunca hubieran pensado que pudiera ocurrir un asesinato en el altar de la parroquia, y mucho menos que la ira de los feligreses los llevara a hacer justicia por su propia mano.


El asesinato consternó a todo Irapuato en 1933.


Se dice que sus restos descansan en el templo de la Soledad; sin embargo, su sepelio se realizó al día siguiente de su muerte en el Panteón Municipal, donde fue acompañado por una multitud de personas que lo despidieron; sin embargo, en el atrio del templo de la Soledad hay una placa en su memoria que dice “recuerdo de su madre y hermanos”.


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