El campo requiere que siga lloviendo para que presas alcancen a llenarse, si bien en zonas urbanas preocupa la intensidad de lluvias, en el campo, quienes trabajan las tierras, piden que siga lloviendo, pues al menos ahora por temporal al fin esperan buena cosecha, dijo Francisco Escobar Ozornio, dirigente estatal de la Unión Campesina Democrática (UCD).
▶️ Niveles de presas se ubican en 17% menos que en el 2023
Y es que de acuerdo con la Conagua, las presas más grandes del estado están alrededor de la mitad de su capacidad, hasta el pasado sábado La Purísima registró el 50.9%, La Soledad el 7.0, El Palote el 20.2, La Golondrina el 69.1, San Antonio de Aceves el 41.7, Laguna de Yuriria el 11.9, Solís 47.1, Begoña 59.2 y, de acuerdo a Protección Civil de Irapuato, Peñuelitas está alrededor del 1.6% y la de Ave María y Ortega entre el 35 a 40%.
El dirigente de la UCD explicó que hasta el momento en el campo las lluvias no han dejado daños, pero normalmente más que perjuicios ésta trae beneficios, y un punto importante las lluvias de este 2024, es que han traído esperanza para las sombras, pero que aún falta para que sean suficientes para llenar las distintas presas, lo que también asegura tener más riegos para al menos el próximo año.
“Aunque ha llovido bastante, el nivel de las presas no está totalmente recuperado va a ser un ciclo agrícola bueno, hay dos sistemas el de riego y el temporal, para las zonas de temporal indudablemente va a ser un buen año y para las zonas ganaderas que son importantes”.
Destacó que para ganaderos también, la lluvia trajo otro panorama en el que pudieron volver a la actividad, pues anteriormente el ganado incluso ya se estaba muriendo, y zonas del noreste del estado fueron muy afectadas.
Dijo que si bien hay una visión distinta de las lluvias en zonas rurales y urbanas, se tiene que tener en cuenta que las grandes construcciones, las áreas de recarga que fueron convertidas en colonias, tienen mucho que ver con las inundaciones.
“Hay infinidad de construcciones a la orilla de arroyos, arroyos, cauces que han sido borrados por el desarrollo urbano, sobre todo en las grandes ciudades y eso provoca que ciudades grandes en el estado como Celaya, Irapuato, Salamanca o León en estas situaciones se vean inundadas”.
Reiteró que el campo necesita lluvias como las de las últimas semanas, pues tan sólo en 2024, México tuvo el junio más lluvioso de los últimos 80 años.
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“Dicen lluvias atípicas, la gente del campo quisiéramos que esto fuera lo cotidiano, hace muchos años que no llovía así, y los niveles de mantos freáticos que han sido explotados no se van a recuperar con esto, requerimos que así como ha llovido este año, llueva los siguientes años y no es posible lamentablemente por el factor humano, hemos contribuido a propiciar el cambio climático y esto tiene sus efectos adversos”.