Itzhel Razo, Wilma conocida como “el potente huracán escénico” anunció su gira nacional y las cien representaciones del interesante monólogo creado en 2019.
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Escrito, dirigido y protagonizado por Itzhel Razo, Wilma es un monólogo autobiográfico con toques de ficción que combina el teatro, la danza y la cosmogonía maya.
Expone en tan solo 60 minutos, el elitismo de la sociedad yucateca, la discriminación, la etnofobia y la rigidez que suelen tener los lazos familiares, al grado de definir el destino de una vida.
A través del performance la actriz muestra recuerdos de su infancia, de su familia y rememora con el dolor que causan las catástrofes, episodios de su vida personal, de cómo la mamá de su papá le negó el derecho a su identidad, al sentido de pertenencia, creando un caos interno que ha reordenado a través de las artes escénicas para gritar a los cuatro vientos los estragos que causan estas enfermedades sociales.
En contexto, una pequeña pelirroja crece bajo las estrictas reglas de su abuela que le prohíbe a su nieta aprender la lengua y la cultura del lugar que habitan (Yucatán), tampoco le permite relacionarse con maya hablantes. Totalmente aislada de su origen, queda como extranjera en su propia tierra.
Súbitamente llega uno de los peores huracanes de la historia a la península. Se emite la alerta temprana para ciclones en lengua maya. Ella, incapaz de comunicarse con los demás intenta sobrevivir al desastre sin ayuda de nadie. Su suerte queda en el aire.
En palabras de Itzhel Razo, Wilma es una analogía entre una catástrofe natural y una social, ambas dejan huella, “particularmente en la educación de la niña –que soy yo–“, comentó en entrevista.
“Además de aparecer en escena el huracán, tanto el físico como el emocional, en el transcurso de la obra aparecen cosas que van surgiendo en el espectador, que se remueven desde adentro, como un mar que nace de las entrañas y que al final, es una especie de purga. Ocurre una devastación personal, física y escénica, como en el momento que sucede el huracán; los azotes, la violencia que conlleva todo ese contenido en lo social y en lo personal acaba por transformarse en un ritual de sanación. Digamos que la obra termina liberando al personaje”, comentó la actriz.
La obra ha sido nominada como lo mejor del 2020 por la Agrupación de Críticos y Periodistas Teatrales (ACPT), ha estado en reconocidos e importantes festivales; además próximamente formará parte del Festival de unipersonales Uruguay, Montevideo.
Al ser cuestionada sobre las dificultades que ha tenido que sortear durante el tiempo que lleva montando su creación escénica, declaró:
“Creo que es un tema muy tabú en la sociedad mexicana. Yo trato de hacerme responsable de la educación racista que me dio mi abuela, como tratando de hacerme responsable de su herencia para lograr que las nuevas generaciones modifiquen esas estructuras pasadas”. Por otra parte dijo: “también es complicado exponer el tema, sobre todo por el elitismo que hay en Mérida, pero me doy cuenta que es algo que la gente conecta con las realidades de sus estados, porque esto sucede a nivel nacional. Yo lo asumo, lo expongo y lo critico porque es algo que a mí me dolió”.
Y concluye con una reflexión sobre su labor artística: “expongo para intentar sanar heridas y que sirva como espejo para que otros también puedan hacerlo, desde la identificación con el personaje”.
Esta obra que lucha contra la discriminación y la etnofobia contará con diversas presentaciones y temporadas en diferentes recintos en la Ciudad de México, Querétaro, Michoacán, Yucatán y en León, Guanajuato: se presentará el 21, 22 y 26 de marzo, en el Teatro María Grever ubicado en Álvaro Obregón 217, Centro.