/ sábado 15 de junio de 2024

Mathieu Amalric recibirá la medalla de la Filmoteca UNAM

El cineasta y actor francés recibirá la medalla de la Filmoteca UNAM, en el marco del festival internacional de cine la Universidad

Durante sus cuatro décadas de trayectoria en el séptimo arte, desempeñándose como actor, director y productor, el francés Mathieu Amalric ha aprendido que la materia prima del cine puede encontrarse hasta en el más mínimo detalle de nuestro entorno.

“Está por todos lados, es una locura”, cuenta a El Sol de México en una charla, en la que muestra una actitud amable y relajada. “Sabemos que lo vivo, las plantas y los animales, tienen capacidades expresivas”, señala.

Durante su trayectoria, ha actuado en cintas como “Le Scaphandre et le Papillon” (Julian Schnabel, 2008), “El gran hotel Budapest” (Wes Anderson, 2014) y “007 Quantum” (Marc Forster, 2008) y dirigido otra cuantas como “Mange ta soupe” (1997), “La chose publique” (2003) y la trilogía documental de la vida del músico y director John Zorn.

A sus 58 años el originario de Neuilly-sur-Seine, Francia, está en constante búsqueda de nuevas historias por contar, incluso actualmente está trabajando en un proyecto basado en el libro “Autobiografía de un pulpo y otros relatos de anticipación” de la filósofa belga Vinciane Despret.

Según afirma, su proceso creativo es muy variado, y la inspiración para escribir y generar nuevas ideas la obtiene hasta de las piezas donde menos se pensaría que puede surgir una historia.

“Es un desmadre, pero sí”, detalla entre risas. “Por eso me gusta partir de textos que ya existen, donde en principio no hay cine. Un texto científico, o un texto como “El hombre sin atributos” de Robert Musil. En principio es algo imposible llevarlo al cine, porque tiene tres mil 500 páginas y ni siquiera está terminado”.

El ganador del Premio del Festival de Cannes a Mejor Director en 2010, por “Tournée”, agregó que antes de esta entrevista fue a desayunar “en la calle, y eso era lo bello, traer esta historia que estoy imaginando sólo en mi cabeza, mientras escribo, la historia se alimenta de esta ciudad que estoy descubriendo y esto crea cortocircuitos, es muy emocionante”.

FICUNAM RECONOCE SU TRAYECTORIA

Dentro del marco de la edición número 14 del Festival Internacional de Cine de la UNAM, FICUNAM, Mathieu Amalric recibirá la medalla de la Filmoteca UNAM, otorgada a personajes que han aportado a la industria cinematográfica.

Al respecto, el también productor se mostró agradecido por esta distinción, y aseguró que después de ver cómo galardonan su trayectoria, “ya no tengo más que morirme”, bromea, “me conmueve infinitamente”.

Además, destacó que ésta es su primera visita a México, y en los días que lleva aquí ha visto con gusto la asistencia al FICUNAM. El también ganador del Premio César en 1997, celebró la existencia de festivales como éste donde se congregan “los enamorados del cine”.

“Me siento como en casa, rodeado de personas que se van a emocionar en el día con películas tan diferentes, y tal vez es de eso de lo que morimos hoy, de no aceptar que somos múltiples y que la ambivalencia es una virtud de las personas que fabrican un reflejo de la vida”.

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Finalmente, reveló que tuvo la oportunidad de ver la cinta “El sol del membrillo”, de Victor Erice, quien será homenajeado en el festival, la cual desde la primera vez que la vio le recuerda la magia del arte. “Tienes la impresión de que nunca más debo volver a ver otra película después de haberla visto”, cuenta.

“El hecho de verla aquí en la Sala Julio Bracho, es como si hubiera reunido todo lo que la vida puede proponer, y sin embargo luego ves otra película, y dices también hubiera podido ser esto, y aquello otro, eso es lo maravilloso en un festival como éste”, finalizó.

Durante sus cuatro décadas de trayectoria en el séptimo arte, desempeñándose como actor, director y productor, el francés Mathieu Amalric ha aprendido que la materia prima del cine puede encontrarse hasta en el más mínimo detalle de nuestro entorno.

“Está por todos lados, es una locura”, cuenta a El Sol de México en una charla, en la que muestra una actitud amable y relajada. “Sabemos que lo vivo, las plantas y los animales, tienen capacidades expresivas”, señala.

Durante su trayectoria, ha actuado en cintas como “Le Scaphandre et le Papillon” (Julian Schnabel, 2008), “El gran hotel Budapest” (Wes Anderson, 2014) y “007 Quantum” (Marc Forster, 2008) y dirigido otra cuantas como “Mange ta soupe” (1997), “La chose publique” (2003) y la trilogía documental de la vida del músico y director John Zorn.

A sus 58 años el originario de Neuilly-sur-Seine, Francia, está en constante búsqueda de nuevas historias por contar, incluso actualmente está trabajando en un proyecto basado en el libro “Autobiografía de un pulpo y otros relatos de anticipación” de la filósofa belga Vinciane Despret.

Según afirma, su proceso creativo es muy variado, y la inspiración para escribir y generar nuevas ideas la obtiene hasta de las piezas donde menos se pensaría que puede surgir una historia.

“Es un desmadre, pero sí”, detalla entre risas. “Por eso me gusta partir de textos que ya existen, donde en principio no hay cine. Un texto científico, o un texto como “El hombre sin atributos” de Robert Musil. En principio es algo imposible llevarlo al cine, porque tiene tres mil 500 páginas y ni siquiera está terminado”.

El ganador del Premio del Festival de Cannes a Mejor Director en 2010, por “Tournée”, agregó que antes de esta entrevista fue a desayunar “en la calle, y eso era lo bello, traer esta historia que estoy imaginando sólo en mi cabeza, mientras escribo, la historia se alimenta de esta ciudad que estoy descubriendo y esto crea cortocircuitos, es muy emocionante”.

FICUNAM RECONOCE SU TRAYECTORIA

Dentro del marco de la edición número 14 del Festival Internacional de Cine de la UNAM, FICUNAM, Mathieu Amalric recibirá la medalla de la Filmoteca UNAM, otorgada a personajes que han aportado a la industria cinematográfica.

Al respecto, el también productor se mostró agradecido por esta distinción, y aseguró que después de ver cómo galardonan su trayectoria, “ya no tengo más que morirme”, bromea, “me conmueve infinitamente”.

Además, destacó que ésta es su primera visita a México, y en los días que lleva aquí ha visto con gusto la asistencia al FICUNAM. El también ganador del Premio César en 1997, celebró la existencia de festivales como éste donde se congregan “los enamorados del cine”.

“Me siento como en casa, rodeado de personas que se van a emocionar en el día con películas tan diferentes, y tal vez es de eso de lo que morimos hoy, de no aceptar que somos múltiples y que la ambivalencia es una virtud de las personas que fabrican un reflejo de la vida”.

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Finalmente, reveló que tuvo la oportunidad de ver la cinta “El sol del membrillo”, de Victor Erice, quien será homenajeado en el festival, la cual desde la primera vez que la vio le recuerda la magia del arte. “Tienes la impresión de que nunca más debo volver a ver otra película después de haberla visto”, cuenta.

“El hecho de verla aquí en la Sala Julio Bracho, es como si hubiera reunido todo lo que la vida puede proponer, y sin embargo luego ves otra película, y dices también hubiera podido ser esto, y aquello otro, eso es lo maravilloso en un festival como éste”, finalizó.

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