Anabel Gomez: De Obstáculos a Oportunidades en el Arte de la Belleza

La historia de Browqueen, el emprendimiento de Anabel, representa tanto una crónica de éxito profesional como un relato de superación personal

Dylan René | El Sol de Irapuato

  · lunes 5 de febrero de 2024

La técnica de Anabel en el diseño de cejas y la micropigmentación es un reflejo de su trayectoria: meticulosa, innovadora y siempre en evolución. / Fotos: Cortesía | Anabel Gomez

En las calles de Barquisimeto, estado Lara, Venezuela, nació una historia de resiliencia y arte que desafía las convenciones. Anabel Andreina Gómez Peralta, nacida el 23 de octubre de 1989, no es solo un nombre en el mundo de la belleza y el arte de las cejas y la micropigmentación; es un símbolo de fortaleza, talento y transformación. Educada en la Universidad Simón Rodríguez y el Centro de Arte Culinario Zi Teresa en Barquisimeto, y más tarde en la Hollywood Beauty Academy, Anabel ha forjado un camino que va más allá de su ocupación inicial como modelo y madre venezolana. Hoy, es reconocida no solo por su elegancia frente a las cámaras, sino como una artista de cejas y micropigmentación cuya marca, Browqueen, es sinónimo de innovación y calidad.

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La historia de Browqueen, el emprendimiento de Anabel, representa tanto una crónica de éxito profesional como un relato de superación personal. Su inicio se marcó en un momento de profunda vulnerabilidad: tras su tercer embarazo, Anabel luchaba contra una depresión postparto y se encontraba en una encrucijada, al borde de perder su familia y todo lo que había construido a lo largo de los años. Pero, como ella misma a menudo recuerda, 'Fue en la oscuridad donde aprendí a brillar'. Este momento fue un punto de inflexión que la impulsó a educarse y a buscar una pasión que restaurara su sentido de propósito y alegría.

Decidida a cambiar su destino, Anabel se inscribió en un curso básico de cejas en una de las academias más prestigiosas de la época. Este primer paso fue fundamental en su viaje hacia la auto-empoderamiento. Aprendiendo y perfeccionando técnicas en el arte de las cejas y la micropigmentación, no solo descubrió una habilidad que desconocía, sino también una pasión que transformaría su vida. En este proceso de aprendizaje, Anabel no solo desarrolló su talento como artista, sino que también construyó las bases de lo que se convertiría en Browqueen.


Browqueen comenzó modestamente, en un pequeño espacio en su hogar. Pero incluso en su simplicidad, estaba cargado de sueños y aspiraciones. Poco a poco, a medida que Anabel se daba a conocer en el mundo de las cejas y la micropigmentación, su negocio empezó a crecer. Esta evolución fue más que un cambio profesional; fue un viaje de auto-descubrimiento y afirmación. Anabel encontró en Browqueen no solo un medio de vida, sino también una forma de conectar con otras mujeres, de compartir experiencias y de empoderar a través del arte de la belleza.

La técnica de Anabel en el diseño de cejas y la micropigmentación es un reflejo de su trayectoria: meticulosa, innovadora y siempre en evolución. Cada ceja que diseña es una muestra de su compromiso con la excelencia y su comprensión de la belleza como una forma de expresión única para cada persona. En Browqueen, Anabel no solo transforma cejas; transforma vidas, brindando a sus clientes una nueva visión de sí mismos, una nueva confianza.

Fuera del estudio, Anabel encuentra su equilibrio en el ejercicio y en el tiempo dedicado a sus hijas y su familia. Estas actividades, lejos de ser una distracción, son una fuente de fortaleza y motivación. El ejercicio le permite mantener un equilibrio físico y mental, mientras que los momentos con su familia son una fuente inagotable de amor y apoyo. Esta armonía entre su vida profesional y personal es clave en su éxito continuo.

Anabel Gomez, a través de su viaje en Browqueen, nos enseña una lección invaluable: que incluso en los momentos más oscuros, hay oportunidades para crecer, para reinventarse y para triunfar. Su historia es un recordatorio de que la resiliencia, el talento y la pasión pueden llevarnos a alcanzar logros inimaginables. En Anabel, vemos la encarnación del verdadero espíritu emprendedor: la capacidad de convertir obstáculos en oportunidades y de usar el arte como un medio para transformar no solo apariencias, sino también vidas.