/ lunes 25 de julio de 2022

Stori: El unicornio en la tormenta

Stori es una plataforma que ofrece tarjetas de crédito a la población no bancarizada y que difícilmente podría obtener estos productos por parte de los bancos tradicionales

Alcanzar una valuación de mil 200 millones de dólares no es fácil. Hacerlo en medio de una crisis global de proporciones aún desconocidas lo es aún más.

Pero lo acaba de hacer una startup mexicana, enfocada en el crédito y con el distintivo de haber sido co-fundada por una mujer.

"Sí representa un hito, sobre todo en un mercado como el que estamos viviendo actualmente. Estuvimos trabajando duro los últimos dos años para lograrlo y los inversionistas están confiando en nosotros en este periodo tan difícil", platica Marlene Garayzar, co-fundadora de Stori y quien recientemente se ha ganado un lugar en el selecto grupo de los unicornios.

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Luego de cerrar una serie C este julio por 50 millones de dólares de capital y 100 millones de deuda, Stori se ha convertido en el noveno unicornio mexicano, que es la categoría que se le da a las empresas valuadas por más de mil millones de dólares.

Como Marlene reconoce, esto ubica a Stori como un evento excepcional dentro de un ecosistema en desarrollo como el mexicano.

Aún más si se añade el componente macroeconómico global de alta inflación, encarecimiento del dinero con el incremento de tasas, desabasto global y una guerra europea atemorizando a los inversionistas.

La respuesta de cómo Stori lo ha logrado es relativamente sencilla: hacer lo que nadie estaba haciendo, confiar en los que nadie había confiado antes.

Stori es una plataforma que ofrece tarjetas de crédito a la población no bancarizada y que difícilmente podría obtener estos productos por parte de los bancos tradicionales.

El concepto es servir para sus usuarios como una puerta de fácil acceso al sistema financiero y construir junto con ellos un historial crediticio sin trámites complicados, sin historial crediticio y sin anualidad, todo a través de una app móvil.

Según el INEGI, apenas el 31 por ciento de los 126 millones de mexicanos tiene algún tipo de crédito, lo que da cuenta de la profunda falta de bancarización en el país.

A dos años de haber sido lanzada al público Stori ya contabiliza poco 1.4 millones de usuarios de los cuales el 60 por ciento nunca había recibido un crédito.

El objetivo es extender este número hasta los 100 millones en todo Latinoamérica antes de que termine esta década.

Según Marlene, pretenden lograr esto al facilitar tarjetas a casi todo aquel que se las pida.

Apenas un 5 por ciento de los solicitantes es rechazado y en su gran mayoría se debe a que no cuentan con documentos de identidad o no cumplen requerimientos esenciales, tales como no estar en listados asociados a lavado de dinero.

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Este acercamiento en torno al crédito representa una disrupción mayúscula respecto a la banca tradicional, la cual busca minimizar el riesgo de impago al reducir drásticamente a quiénes les presta dinero.

"Nuestro modelo de riesgo se ha sofisticado tanto que estamos en posibilidad de darles tarjetas a 9 de cada 10 solicitantes. Nadie hace eso en el mercado. Cambia el paradigma porque los bancos atienden a los sectores afluentes y aún así los consideran riesgosos. No le prestan a todo mundo".

Dice que el modelo de puertas abiertas de Stori no ha representado altas tasas de impago, pues sólo se prestan cantidades que van desde los mil hasta los 10 mil pesos, líneas de crédito que sus clientes sí pueden pagar.

Además, en experiencia de Marlene sus usuarios valoran mucho la propuesta de inclusión de Stori y procuran mantenerse al día.

"Este acceso que nadie les da en la banca tradicional o en otras instituciones no bancarias tradicionales es altamente valorado por nuestros usuarios y lo cuidan mucho. A eso se le llama verdadera inclusión financiera".

70 años en el horno

Marlene comenzó su carrera en el sector financiero en Peugeot Finance donde pasó nueve años para luego migrar a GE Capital durante tres años en los que se encargó de la cobranza.

Su llegada al ambiente fintech se dio con su reclutamiento por parte de la empresa de crédito digital de origen europeo 4Finance, la cual buscaba un ejecutivo para abrir su oficina en México.

"Necesitaba haber pasado por el fintech para entender que se puede tener un impacto social, ese siempre fue mi drive pero no sabía cómo hacerle", platicó Marlene al podcast The Frye Show.

Por amigos en común Marlene conoce a Bin Chen, un financiero y estratega quien había trabajado ocho años para Mastercard en Singapur y que tenía la misma inquietud de Marlene: impactar de manera positiva a las personas vía la inclusión financiera.

Así, Marlene y Bin iniciaron un primer emprendimiento piloto al cual llamaron Credifranco, una pequeña plataforma de préstamos de un solo pago en la que aprendieron a echar a andar una fintech y las particularidades del mercado mexicano.

"Nos falta a las mujeres atrevernos a levantar la mano y decir 'sí puedo'. Y no importa que en ese equipo tú líderes a sólo hombres, no necesitas que sean puras mujeres en el equipo para apoyarte. Tenemos que confiar más en nuestras capacidades, nos falta creérnosla".

Poco tiempo después se unieron al equipo Sherman He, Gy Liu y Nick Chen, camaradas de Chen en la financiera Capital One, para fundar Stori en 2018.

Entre todos los co-fundadores suman 70 años de experiencia en el ambiente financiero con los contactos que ese camino implica, lo que les ha permitido montar un negocio suficientemente sólido para atraer la confianza de inversionistas.

Por su modelo inclusivo previo al lanzamiento de su tarjeta Stori ya contabilizaba medio millón de personas en la lista de espera al cierre del 2018. Finalmente el producto abrió al público general durante los primeros meses de la pandemia en 2020.

Explica la ejecutiva que el haber nacido en esos tiempos de incertidumbre le aportó a la empresa la experiencia para lidiar con tiempos de dificultad económica.

Sólo en su primer año de operación Stori levantó una ronda semilla por 1.5 millones de dólares y de ahí entonces la compañía ha recibido alrededor de 400 millones de dólares en financiamiento.

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Según refiere Marlene, su más reciente ronda por 50 millones de capital este julio sólo fue posible a los buenos fundamentos de la empresa.

"El acceso al dinero es más escaso que un año antes. Y sin embargo lo que nosotros vemos es que se van a seguir levantando rondas especialmente en aquellas empresas que puedan mostrar a sus inversionistas que existe un plan para ser rentables pronto.

"Va a haber un reacomodo de jugadores en la industria y aquellos que tengan claro que la rentabilidad es lo que ahorita tienen que privilegiar sin duda no van a tener problema en seguir levantando rondas, aquellos que no se las van a ver difícil".

Para ella, el contexto adverso obliga a Stori a mantenerse más atentos a sus indicadores de salud financiera, tales como tasas de impago o retrasos, al pasar de una revisión quincenal a una diaria.

Asimismo los planes que se tenían para pruebas de productos van a tener que aplazarse.

No obstante el incremento del riesgo en el entorno el equipo de Marlene no pretende cambiar sus modelos ni reducir la entrega de tarjetas.

Sin embargo asegura que el control de costos y la rentabilidad han sido los ejes de la empresa desde un inicio por lo que la cautela no les resulta extraña.

"Los fundadores han vivido diversas crisis tanto en México como en Estados Unidos. A algunos les tocó vivir la burbuja de Internet, luego la crisis hipotecaria del 2008. Entonces esta experiencia nos ayuda para esta nueva recesión o lo que sea que venga".

"Primero invertimos en el talento para hacer realidad el producto en lugar de gastar en marketing, (...) estamos convencidos que al apostarle a esto el producto por sí sólo va a vender y los resultados iban a atraer inversionistas".

Es así que para este año se pretende llegar a los dos millones de usuarios registrados sólo en México, para lo que la empresa planea invertir 175 millones de dólares para crecer así como en contratación de talento.

Asimismo, el plan en el mediano plazo es migrar a otro país latinoamericano y que al momento no se ha decidido cuál será.

"Queremos invertir en talento y parte de los recursos son para explorar a qué país nos gustaría ir. Cuando lo decidamos será uno que requiera también mucha inclusión financiera como lo requiere México".

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Marlene adelanta que también se está preparando una serie de nuevos productos de los cuales no puede dar mayores detalles pero que –asegura– van en la misma corriente de inclusión financiera.

"Van a estar muy enfocados en la población no bancarizada y van a tener mucha educación financiera. Dar la tarjeta de crédito era importante porque es un producto complejo, pero creemos que las personas deberían tener mecanismos de inversión, saber ahorrar y proteger a su familia con seguros. Queremos tener varios productos".

Con todo esto Stori se dirige a ser, como Marlene la describe, un banco digital enfocado en la inclusión financiera y así capitalizar las oportunidades que la crisis, pero también el crecimiento del mercado fintech en México, están presentando.

"Todos los nuevos jugadores fintech que han entrado en los últimos dos años a México son bien positivos para los consumidores. Son ellos quienes van a decidir quiénes son las propuestas que les resuelven más en su vida.

"En cinco años no veo que Stori sólo ofrezca tarjetas de crédito. Creo que podemos hacer mucho más porque tenemos la experiencia, porque sabemos hacerlo y porque creemos que México merece mejores productos".

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Alcanzar una valuación de mil 200 millones de dólares no es fácil. Hacerlo en medio de una crisis global de proporciones aún desconocidas lo es aún más.

Pero lo acaba de hacer una startup mexicana, enfocada en el crédito y con el distintivo de haber sido co-fundada por una mujer.

"Sí representa un hito, sobre todo en un mercado como el que estamos viviendo actualmente. Estuvimos trabajando duro los últimos dos años para lograrlo y los inversionistas están confiando en nosotros en este periodo tan difícil", platica Marlene Garayzar, co-fundadora de Stori y quien recientemente se ha ganado un lugar en el selecto grupo de los unicornios.

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Luego de cerrar una serie C este julio por 50 millones de dólares de capital y 100 millones de deuda, Stori se ha convertido en el noveno unicornio mexicano, que es la categoría que se le da a las empresas valuadas por más de mil millones de dólares.

Como Marlene reconoce, esto ubica a Stori como un evento excepcional dentro de un ecosistema en desarrollo como el mexicano.

Aún más si se añade el componente macroeconómico global de alta inflación, encarecimiento del dinero con el incremento de tasas, desabasto global y una guerra europea atemorizando a los inversionistas.

La respuesta de cómo Stori lo ha logrado es relativamente sencilla: hacer lo que nadie estaba haciendo, confiar en los que nadie había confiado antes.

Stori es una plataforma que ofrece tarjetas de crédito a la población no bancarizada y que difícilmente podría obtener estos productos por parte de los bancos tradicionales.

El concepto es servir para sus usuarios como una puerta de fácil acceso al sistema financiero y construir junto con ellos un historial crediticio sin trámites complicados, sin historial crediticio y sin anualidad, todo a través de una app móvil.

Según el INEGI, apenas el 31 por ciento de los 126 millones de mexicanos tiene algún tipo de crédito, lo que da cuenta de la profunda falta de bancarización en el país.

A dos años de haber sido lanzada al público Stori ya contabiliza poco 1.4 millones de usuarios de los cuales el 60 por ciento nunca había recibido un crédito.

El objetivo es extender este número hasta los 100 millones en todo Latinoamérica antes de que termine esta década.

Según Marlene, pretenden lograr esto al facilitar tarjetas a casi todo aquel que se las pida.

Apenas un 5 por ciento de los solicitantes es rechazado y en su gran mayoría se debe a que no cuentan con documentos de identidad o no cumplen requerimientos esenciales, tales como no estar en listados asociados a lavado de dinero.

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Este acercamiento en torno al crédito representa una disrupción mayúscula respecto a la banca tradicional, la cual busca minimizar el riesgo de impago al reducir drásticamente a quiénes les presta dinero.

"Nuestro modelo de riesgo se ha sofisticado tanto que estamos en posibilidad de darles tarjetas a 9 de cada 10 solicitantes. Nadie hace eso en el mercado. Cambia el paradigma porque los bancos atienden a los sectores afluentes y aún así los consideran riesgosos. No le prestan a todo mundo".

Dice que el modelo de puertas abiertas de Stori no ha representado altas tasas de impago, pues sólo se prestan cantidades que van desde los mil hasta los 10 mil pesos, líneas de crédito que sus clientes sí pueden pagar.

Además, en experiencia de Marlene sus usuarios valoran mucho la propuesta de inclusión de Stori y procuran mantenerse al día.

"Este acceso que nadie les da en la banca tradicional o en otras instituciones no bancarias tradicionales es altamente valorado por nuestros usuarios y lo cuidan mucho. A eso se le llama verdadera inclusión financiera".

70 años en el horno

Marlene comenzó su carrera en el sector financiero en Peugeot Finance donde pasó nueve años para luego migrar a GE Capital durante tres años en los que se encargó de la cobranza.

Su llegada al ambiente fintech se dio con su reclutamiento por parte de la empresa de crédito digital de origen europeo 4Finance, la cual buscaba un ejecutivo para abrir su oficina en México.

"Necesitaba haber pasado por el fintech para entender que se puede tener un impacto social, ese siempre fue mi drive pero no sabía cómo hacerle", platicó Marlene al podcast The Frye Show.

Por amigos en común Marlene conoce a Bin Chen, un financiero y estratega quien había trabajado ocho años para Mastercard en Singapur y que tenía la misma inquietud de Marlene: impactar de manera positiva a las personas vía la inclusión financiera.

Así, Marlene y Bin iniciaron un primer emprendimiento piloto al cual llamaron Credifranco, una pequeña plataforma de préstamos de un solo pago en la que aprendieron a echar a andar una fintech y las particularidades del mercado mexicano.

"Nos falta a las mujeres atrevernos a levantar la mano y decir 'sí puedo'. Y no importa que en ese equipo tú líderes a sólo hombres, no necesitas que sean puras mujeres en el equipo para apoyarte. Tenemos que confiar más en nuestras capacidades, nos falta creérnosla".

Poco tiempo después se unieron al equipo Sherman He, Gy Liu y Nick Chen, camaradas de Chen en la financiera Capital One, para fundar Stori en 2018.

Entre todos los co-fundadores suman 70 años de experiencia en el ambiente financiero con los contactos que ese camino implica, lo que les ha permitido montar un negocio suficientemente sólido para atraer la confianza de inversionistas.

Por su modelo inclusivo previo al lanzamiento de su tarjeta Stori ya contabilizaba medio millón de personas en la lista de espera al cierre del 2018. Finalmente el producto abrió al público general durante los primeros meses de la pandemia en 2020.

Explica la ejecutiva que el haber nacido en esos tiempos de incertidumbre le aportó a la empresa la experiencia para lidiar con tiempos de dificultad económica.

Sólo en su primer año de operación Stori levantó una ronda semilla por 1.5 millones de dólares y de ahí entonces la compañía ha recibido alrededor de 400 millones de dólares en financiamiento.

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Según refiere Marlene, su más reciente ronda por 50 millones de capital este julio sólo fue posible a los buenos fundamentos de la empresa.

"El acceso al dinero es más escaso que un año antes. Y sin embargo lo que nosotros vemos es que se van a seguir levantando rondas especialmente en aquellas empresas que puedan mostrar a sus inversionistas que existe un plan para ser rentables pronto.

"Va a haber un reacomodo de jugadores en la industria y aquellos que tengan claro que la rentabilidad es lo que ahorita tienen que privilegiar sin duda no van a tener problema en seguir levantando rondas, aquellos que no se las van a ver difícil".

Para ella, el contexto adverso obliga a Stori a mantenerse más atentos a sus indicadores de salud financiera, tales como tasas de impago o retrasos, al pasar de una revisión quincenal a una diaria.

Asimismo los planes que se tenían para pruebas de productos van a tener que aplazarse.

No obstante el incremento del riesgo en el entorno el equipo de Marlene no pretende cambiar sus modelos ni reducir la entrega de tarjetas.

Sin embargo asegura que el control de costos y la rentabilidad han sido los ejes de la empresa desde un inicio por lo que la cautela no les resulta extraña.

"Los fundadores han vivido diversas crisis tanto en México como en Estados Unidos. A algunos les tocó vivir la burbuja de Internet, luego la crisis hipotecaria del 2008. Entonces esta experiencia nos ayuda para esta nueva recesión o lo que sea que venga".

"Primero invertimos en el talento para hacer realidad el producto en lugar de gastar en marketing, (...) estamos convencidos que al apostarle a esto el producto por sí sólo va a vender y los resultados iban a atraer inversionistas".

Es así que para este año se pretende llegar a los dos millones de usuarios registrados sólo en México, para lo que la empresa planea invertir 175 millones de dólares para crecer así como en contratación de talento.

Asimismo, el plan en el mediano plazo es migrar a otro país latinoamericano y que al momento no se ha decidido cuál será.

"Queremos invertir en talento y parte de los recursos son para explorar a qué país nos gustaría ir. Cuando lo decidamos será uno que requiera también mucha inclusión financiera como lo requiere México".

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Marlene adelanta que también se está preparando una serie de nuevos productos de los cuales no puede dar mayores detalles pero que –asegura– van en la misma corriente de inclusión financiera.

"Van a estar muy enfocados en la población no bancarizada y van a tener mucha educación financiera. Dar la tarjeta de crédito era importante porque es un producto complejo, pero creemos que las personas deberían tener mecanismos de inversión, saber ahorrar y proteger a su familia con seguros. Queremos tener varios productos".

Con todo esto Stori se dirige a ser, como Marlene la describe, un banco digital enfocado en la inclusión financiera y así capitalizar las oportunidades que la crisis, pero también el crecimiento del mercado fintech en México, están presentando.

"Todos los nuevos jugadores fintech que han entrado en los últimos dos años a México son bien positivos para los consumidores. Son ellos quienes van a decidir quiénes son las propuestas que les resuelven más en su vida.

"En cinco años no veo que Stori sólo ofrezca tarjetas de crédito. Creo que podemos hacer mucho más porque tenemos la experiencia, porque sabemos hacerlo y porque creemos que México merece mejores productos".

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